(Enero 2021) |
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Toma de posición sobre la plataforma 2020 de la TCI
La Tendencia Comunista Internacional (TCI) ha redactado una nueva versión [1] ’actualizada’ de la plataforma adoptada en 1996 por su antecesor, el Buró Internacional para el Partido Revolucionario (BIPR) [2]. Quien esté convencido de que cabe obrar centralmente al combate por "el partido de clase (...) indispensable para la lucha revolucionaria del proletariado por la misma razón de que es la expresión política y organizada de la conciencia de clase", no puede, si quiere ser consecuente, sino considerar los congresos, conferencias, etc., así como los documentos de valor programático de otros grupos comunistas, como momentos particulares, entre los más importantes, de la lucha de clases sobre los que, a menos que se ceda a las sirenas del sectarismo, es preciso debatir y pronunciarse.
La plataforma de la TCI se sitúa en el marco de las posiciones de la Izquierda Comunista y del campo proletario. Como tal, es, debe ser, una referencia para todos los grupos, círculos e individuos que quieran reapropiarse las posiciones de clase y lecciones de la Izquierda Comunista; especialmente para aquellos que deseen comprometerse en la lucha comunista y unirse a las organizaciones que están en la vanguardia de la misma. Por nuestra parte, conscientes del papel central que esta organización ocupa hoy en día entre las fuerzas pro-partido dentro del campo proletario, consideramos esencial llamar la atención de todos sobre este texto y animar la reflexión y la clarificación política en torno a los principios y posiciones que en él se exponen. Este enfoque y estas posiciones e intervenciones, críticas o no, son y deben ser considerados como momentos indispensables y preciados de la lucha por el reagrupamiento de las fuerzas revolucionarias y del partido.
El campo proletario y la alternativa histórica revolución o guerra
Antes de abordar las principales posiciones planteadas por la plataforma, es importante señalar y encomiar dos puntos. El primero es la reivindicación de la existencia de un campo proletario [3] y la clara definición de sus contornos y retos : “este último puede definirse como aquellos que defienden la independencia de la clase trabajadora del capital; que no tienen nada que ver con el nacionalismo en ninguna de sus formas; que no vio nada socialista en el estalinismo y en la antigua URSS, al mismo tiempo que reconocen que octubre de 1917 fue el punto de partida de lo que podría haberse convertido en una revolución mundial más amplia. Entre las organizaciones que caen dentro de este amplio marco, existen diferencias políticas significativas, sobre todo sobre la cuestión desconcertada de la naturaleza y función de la organización revolucionaria.” Queremos apoyar este pasaje y destacar el hecho de que uno de los principales asuntos – para nosotros es incluso el principal – que enfrenta este campo es la cuestión central del partido. Constituye la principal línea de confrontación que delimita las fuerzas y dinámicas partidistas, “pro-partido”, las que no sólo reivindican al partido como órgano indispensable de dirección política del proletariado, sino sobre todo las que trabajan y luchan efectivamente por su constitución, y las que se oponen a él o incluso tratan deliberadamente de sabotearlo y que se relacionan explícitamente o no con las teorías y posiciones de carácter consejista o economicista.
El segundo punto es la tesis marxista, particularmente destacada por la Izquierda Comunista de Italia, según la cual “una vez más, la cuestión [la “alternativa entre” dicen las versiones inglesa, italiana y francesa] de la guerra imperialista o la revolución proletaria se está colocando en la agenda histórica e impone a los revolucionarios de todo el mundo la necesidad de cerrar filas. En la época del capitalismo monopólico global ningún país puede escapar de las fuerzas que impulsan el capitalismo a la guerra. El impulso ineluctable del capitalismo hacia la guerra se expresa hoy en el ataque universal a las condiciones de trabajo y de vida del proletariado.” Como cualquier lector acostumbrado a leernos se habrá dado cuenta, podríamos haber escrito este pasaje nosotros mismos. Reafirma la alternativa histórica, revolución o guerra, principio que hoy en día se niega y rechaza en el seno del propio campo proletario, en particular por la CCI. Sobre todo, pone de relieve la actualidad de la perspectiva de la guerra imperialista generalizada “en la agenda histórica” como un factor de la situación actual que requiere que los revolucionarios cierren fila y como un factor en el curso mismo de la lucha de clases que “se expresa hoy en el ataque universal a las condiciones de trabajo y de vida del proletariado”. Este pasaje que ilustra y aplica el método del materialismo dialéctico, un pasaje que la TCI ha considerado acertadamente útil introducir en su plataforma, debe servir como un principio y un hilo conductor para la acción y la intervención de todos los grupos y organizaciones comunistas de hoy y del partido de mañana.
Las posiciones de clase de la plataforma
Pasemos a las posiciones de clase de la plataforma. Dentro del limitado alcance de esta toma de posición, no podemos presentar y argumentar nuestros acuerdos sobre cada una de ellas. Por lo tanto, nos centraremos principalmente en las pocas observaciones críticas, que no ponen en duda el carácter de clase del documento. La nueva versión de 2020 reproduce esencialmente la versión del BIPR. No presenta sistemáticamente, punto por punto, las posiciones de principio del BIPR-TCI que son globalmente comunes a todos los grupos de la Izquierda Comunista, excepto la llamada corriente bordiguista. Esta elección debilita la puesta en evidencia y la nitidez política de los principios que cualquier plataforma debe presentar. Las partes que tocan estas posiciones – El capitalismo, El capitalismo de Estado, El parlamento, Los sindicatos, Las luchas de liberación nacional, La degeneración de la Revolución Rusa, Partido, Estado y clase – se encuentran dispersas en medio de otras partes, El período actual, China o La Socialdemocracia, que, por sí mismos, no permiten captar y subrayar todo el alcance y la amplitud de los principios que subyacen a la posición comunista en cada una de estas dos últimas cuestiones. No haber tratado a China en el marco del punto sobre El capitalismo de Estado así como la socialdemocracia en un punto específico sobre las corrientes que pertenecieron al movimiento obrero y pasaron al campo burgués, La Izquierda del Capital, nos parece debilitar, diluyéndolo, el alcance de la denuncia del capitalismo de Estado y de las corrientes de la izquierda burguesa – volvemos a este punto a continuación. De la misma manera, podemos lamentar que no haya un punto específico sobre la denuncia del frentismo, aunque sea una posición de clase propia de la Izquierda Comunista de Italia, que fue la única que la combatió en el seno de la Internacional Comunista. Así como no se menciona el tema del terrorismo.
La plataforma presenta a los sindicatos como “organizaciones que trabajan por la preservación del capitalismo [y] que serán bastiones de la contrarrevolución”. Esta posición es central hoy en día para que los grupos comunistas y el partido puedan estar en la vanguardia de las luchas asumiendo, y tomando la dirección de la confrontación política con los sindicatos y las fuerzas políticas burguesas de la izquierda y sus satélites de extrema izquierda, trotskistas, anarquistas, etc., en las huelgas, asambleas, manifestaciones, etc. No estamos de acuerdo con la presentación de los sindicatos como "órganos de mediación entre el trabajo y el capital", lo que de alguna manera reduce el alcance de su denuncia como órganos políticos siendo parte integrante del Estado burgués. Esto deja la puerta abierta a la posición, o la idea, de que todavía pueden mediar entre las clases, expresar los intereses inmediatos del trabajo contra el capital, o incluso defender el valor de la fuerza de trabajo mientras participan plenamente en su reducción al máximo al oponerse y sabotear sistemáticamente las luchas de los trabajadores.
Debilidad de la caracterización de clase del izquierdismo
El punto sobre La socialdemocracia es con el cual tenemos más críticas, aunque la TCI expresa una posición de clase, lo que nos pone del mismo lado de la barricada de clase sobre esta cuestión. Aunque sostiene que “hay una marcada diferencia entre las organizaciones políticas proletarias del período anterior a octubre [la insurrección proletaria de 1917 en Russia] y las [...del] período posterior”, sin especificar explícitamente la naturaleza de clase de esta diferencia [4], nos parece que conlleva confusiones políticas que no podemos abordar todas aquí. Hay, sin embargo, una crucial que cabe señalar. Al igual que la española, las versiones inglesa y francesa explican este "marcada diferencia" por “la quiebra de la mayoría de los viejos partidos de la Segunda Internacional” (énfasis añadido) [5]. Pero no es su quiebra, su bancarrota o sus debilidades de cualquier tipo lo que hace que los partidos y corrientes proletarias pasen al campo burgués, al campo de la contrarrevolución, sino su efectiva traición a la clase proletaria. La caracterización de la quiebra en lugar de la traición, es decir, la traición a la clase proletaria, no contiene una caracterización de clase. En consecuencia, el documento programático que constituye la plataforma no cierra la puerta a concesiones oportunistas sobre la cuestión del izquierdismo y autoriza el ahorro del esfuerzo indispensable, a veces doloroso incluso para los individuos que han militado en sus filas, de la ruptura política efectiva con la ideología, las políticas y las prácticas del izquierdismo.
De hecho, hubiera sido preferible tratar y centrar en un punto específico la cuestión de las viejas corrientes proletarias, la socialdemocracia, el estalinismo, el trostkismo – nada se dice en la plataforma sobre el anarquismo, ni siquiera sobre la naturaleza burguesa del izquierdismo en general – habiendo pasado sucesivamente al servicio de la contrarrevolución. Esto habría permitido subrayar la razón fundamental de su paso al campo burgués: la traición efectiva del internacionalismo proletario y/o de la revolución proletaria, por ejemplo la oposición a la Revolución Rusa de 1917; y exponer claramente el método para evaluar la naturaleza de clase de las corrientes y organizaciones que afirman formar parte del movimiento obrero y/o revolucionario. Esto ayudaría al conjunto de la TCI a armarse más eficazmente contra cualquier concesión al izquierdismo [6], cada parte de la organización estando "obligada a referir(se) a esta o a la otra disposición formalmente fijada de nuestro Programa” (Lenin, Un paso adelante, dos pasos atrás); y exigiría a sus nuevos miembros que hicieran una ruptura más formal y profunda con las posiciones, la ideología y la práctica izquierdistas [7].
Sin ofrecer una garantía absoluta, que no puede existir, una mayor claridad y precisión de la plataforma sobre este tema podría servir de referencia y ofrecer un método para orientarse en el calor de los acontecimientos. De esta manera, los nuevos miembros de la TCI en América del Norte podrían haber evitado, desde su primera experiencia concreta en las manifestaciones posteriores al asesinato de G. Floyd, quedar atrapados en las redes del izquierdismo radical y anarquista. ¿No vieron en las manifestaciones de revuelta, en sí misma legitima, una reacción de la propia clase obrera haciendo "retroceder a la represión estatal [y] desafiar la orden social corrupta por la que la policía asesina”. [8] Para estos camaradas entonces, en el mismo momento en que la burguesía pasa a la ofensiva política e ideológicamente apoyando y enmarcando estas manifestaciones de revuelta, "la lucha continúa [y] la rebelión urbana debe transformarse en revolución mundial." [9] De hecho, la intervención de los camaradas no se ubicó en la vanguardia de la lucha de clases sino en la cola de la pequeña burguesía radicalizada, detrás y al servicio de la campaña antirracista y democrática lanzada por la izquierda del aparato de Estado, concretamente detrás del Black Lives Matter y del Partido Demócrata. ¿Es necesario recordar que esta campaña terminó con un récord de participación electoral y el fortalecimiento de las ideologías democráticas e identitarias, es decir, con un éxito político de importancia para la burguesía?
El legado del Partito Comunista Internazionalista sobre la cuestión del partido
Las últimas partes de la plataforma que tratan del Partido, Estado y Clase y La Internacional Revolucionaria son esenciales y sin duda representan sus puntos fuertes. Reafirman el carácter indispensable del partido para el éxito de la lucha revolucionaria del proletariado como “la expresión política y organizada de la conciencia de clase”. Reuniando “la parte más consciente de la clase obrera (…), siempre será una minoría del proletariado y, sin embargo, el programa comunista que defiende sólo puede ser implementado por la clase obrera en su conjunto [dado que] la única garantía real de la victoria es la conciencia de clase de las propias masas trabajadoras y la continua extensión de la revolución internacional.” La sección sobre la Internacional Revolucionaria presenta principios generales con los que acordamos, mientras plantea puntos de desacuerdo de carácter secundario, que no son de principio. En particular, la plataforma sostiene que “la formación del Partido Internacional del Proletariado se producirá a través de la disolución de las diversas organizaciones ’nacionales’ o regionales”. Por nuestra parte, consideramos, siguiendo el ejemplo de la CCI de origen y de la corriente bordiguista, que el partido debe constituirse desde el principio como partido internacional y que sus futuros componentes – divergencia aquí con la corriente bordiguista –, los grupos y corrientes, que inevitablemente serán llamados a constituirla, deben constituirse desde hoy como grupos internacionales independientemente de la realidad y los límites de su ubicación. Las expresiones políticas del proletariado, sus minorías, por muy aisladas y dispersas que estén, incluso geográficamente, son y deben ser sobre todo expresiones del proletariado internacional y no las expresiones de un proletariado local o nacional. Aunque sólo sea porque llevan y defienden el programa del proletariado que sólo puede ser uno e internacional. Esta diferencia con la TCI nos lleva a tener prácticas e intervenciones diferentes, que no son ’opuestas’ en sí mismas y que no deberían serlo en la práctica si el peso del sectarismo se combatiera cuando se expresa, en nuestras políticas de reagrupamiento.
Remitirse a la plataforma del PCint de 1952
Por consiguiente, la redacción de esta plataforma no hace resaltar los principios y posiciones de clase, a veces también llamados fronteras de clase, con tanta claridad como en la plataforma original de la CCI [10] por ejemplo, cuya "coherencia" de las posiciones viene dada por su posición sobre la "decadencia del capitalismo", o en la del PCint-Battaglia Comunista de 1952 y 1982, cuya coherencia viene dada por la naturaleza y el papel del partido. Es de lamentar hoy que, al constituirse, el BIPR haya considerado útil redactar una nueva plataforma en lugar de retomar, sin perjuicio de actualizarla, la del PCint. El resultado es un documento que parece ser una colección de posiciones y preocupaciones, a veces incluso eclécticas, en lugar de un texto coherente y homogéneo que muestra la unidad programática de todas las posiciones. ¿Se debe esto a las propias condiciones del reagrupamiento de entonces en el BIPR, entendido como una adición de experiencias nacionales? ¿Y la reagrupación como una “disolución de las diversas organizaciones nacionales”, cada una aportando su propia experiencia y haciendo de la plataforma adoptada una síntesis de experiencias supuestamente diferentes?
Para nosotros, el documento de 1952-1982 tenía y sigue teniendo un valor tan universal que aún hoy podemos reivindicarlo. Las posiciones aparecen en él no como una sucesión que se suman unas a las otras, sino como determinadas por la cuestión principal del partido. La afirmación del principio sobre el partido desde los primeros puntos de la plataforma es precisamente lo que da a todas las posiciones la unidad, la coherencia y el rigor político que todo documento programático requiere para poder armar a lo mejor la acción concreta del partido y su capacidad de anticipar sobre los acontecimientos.
“La actividad del partido no puede ni debe limitarse a mantener la pureza de los principios teóricos y la red de organización, ni a lograr un éxito inmediato y numérico a toda costa. El partido es tanto un producto como un factor de la lucha de clases. Las tareas del partido pueden resumirse de la siguiente manera:
a) la propaganda por sus principios y la continua elaboración según su desarrollo;
b) la participación activa en todas las luchas obreras por las reivindicaciones inmediatas;
c) la dirección de la insurrección para el asalto revolucionario al poder;
d) es bajo la dirección activa del partido de clase que el proletariado ejerce, por medio de la dictadura, la gestión del poder y construye la economía socialista.
En todas las situaciones en las que la lucha directa por la conquista del poder no es todavía posible, el partido debe desarrollar conjuntamente las dos primeras tareas; su ausencia en las luchas del proletariado, incluso parciales e inmediatas, es inconcebible.” (Piattaforma politica del PCint, 2e Congresso Milano, 1952, Editrice Libraria Prometeo, el folleto fue entonces publicado en versiones italiana y francesa por el PCint)
Pero a lo hecho, pecho. No hay vuelta atrás hoy sobre la adopción de la plataforma del BIPR y de la TCI. A fin de cuentas, nuestros acuerdos con los puntos de la plataforma actual son esencialmente sobre cuestiones de principio y posiciones de clase; nuestros desacuerdos sobre cuestiones secundarias, incluso tácticas. Al distinguir las dos dimensiones, no se trata de negar la realidad y la importancia de estas diferencias, sino de aclarar dónde se colocan y hacer posible comprender lo que la TCI y nuestro grupo tienen en común y por qué se encuentran la mayoría de las veces del mismo lado de las múltiples barricadas de clase que cada evento hace eregir.
La experiencia reciente nos enseña que a los miembros actuales de la TCI les cuesta aceptar comentarios críticos de otra manera que como ataques dirigidos a debilitar la organización. Sin embargo, estamos seguros de que la fuerza de los hechos materiales que son también las posiciones y las críticas, en relación con el desarrollo de la situación histórica, participan, si no directamente, al menos indirectamente, en la reflexión, la aclaración y el desarrollo por parte de la propia TCI de sus propias posiciones, las que pertenecen a su patrimonio. La exposición de nuestros comentarios críticos también debería permitir a los lectores, militantes y simpatizantes de la Izquierda Comunista entender mejor el significado y el objeto de nuestra lucha dentro del campo proletario, e incluso unirse a ella. Y a las fuerzas pro-partido del campo proletario, de las que formamos parte la TCI y nosotros mismos, para que trabajen juntos de la mejor manera posible en la lucha histórica por el partido.
Notas:
[1] . Todas las citas que siguen y que no están referenciadas son citas de esta plataforma que el lector puede encontrar en español en el sitio web de la TCI. http://www.leftcom.org/es/articles/2020-06-12/platforma-de-la-tendencia-comunista-internacionalista-2020.
[2] . En Revolución o Guerra #2, ya hemos publicado un texto enviado por un camarada, quien a continuaciòn integró a nuestro grupo, que tomó posición sobre las plataformas de la TCI y de la CCI. : http://igcl.org/Toma-de-posicion-sobre-las.
[3] . Este reconocimiento por parte de la actual TCI es tanto más destacable cuanto que hubo un tiempo en que el BIPR tendía a rechazar la existencia de este campo, particularmente en su texto, Hacia la nueva Internacional que data del año 2000: "En otras palabras, no consideramos – en el estado actual – que la categoría ’campo político proletario’ siga siendo válida..." (no tiene versión española. En inglés : https://www.leftcom.org/en/articles/2000-10-01/towards-the-new-international ; en italiano : https://www.leftcom.org/it/articles/2000-06-01/verso-la-nuova-internazionale ; y en francés : https://www.leftcom.org/fr/articles/2000-10-01/vers-la-nouvelle-internationale).
[4] . La versión francesa utiliza “diferencia de naturaleza” mientras las versiones inglesa, “ marked difference ”, italiana, “ netta differenza ”, y española “marcada diferencia”, son aún más imprecisas del punto de vista de clase.
[5] . Nos vemos obligados a señalar aquí que la versión italiana utiliza la palabra tradimento que se traduce al inglés como betrayal, al francés como trahison y al español por traición.
[6] . Sin compartir todas las posiciones, especialmente las clásicas del ’bordiguismo’, podemos también señalar al lector la crítica emitida por el PCI-Programe Communiste en su publicación en Francia Le Prolétaire #538, La CWO-TCI niega la dictadura de clase a favor de la ’verdadera democracia’ (http://www.pcint.org/) que merece reflexión y discusión.
[7] . ¿No es precisamente esta vaguedad de la plataforma la que permitió la integración y el mantenimiento durante unos veinte años de militantes que no habían roto realmente con el maoísmo y el anarquismo y que constituyeron el primer grupo canadiense de la TCI, el GIO-IWG, con prácticas e intervenciones cuando menos izquierdistas, incluso dudosas, y que terminaron en la confusión y el descrédito de la propia TCI, por desgracia, en el medio político de Montreal?
[8] .En Minneapolis, la brutalidad de la policía y la lucha de clases, folleto distribuido por los compañeros ( http://www.leftcom.org/es/articles/2020-06-07/en-minneapolis-la-brutalidad-de-la-polic%C3%Ada-y-la-lucha-de-clases).
[9] . Más seriamente, la pregunta que se había planteado en el momento de la huelga convocada por los independentistas catalanes en octubre de 2017 se vuelve a plantearse en esta ocasión: ¿es posible que un movimiento de carácter no proletario, nacionalista y pequeñoburgués se transforme en un movimiento de clase bajo el impulso del partido revolucionario? Históricamente, la izquierda italiana había zanjado esta pregunta de forma negativa.
[10] . En nuestras discusiones con los contactos que se acercan para unirse a nuestro grupo, discutimos sistemáticamente las plataformas de la TCI y de la CCI. Tendremos sin duda la oportunidad de volver a esta última – la versión original – que está atravesada por el peso de los orígenes consejistas de esta organización y que la versión actual basada en la teoría de la descomposición oportunista no ha hecho más que agravar.