(Septiembre 2024) |
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Internacionalismo “en acción” o internacionalismo “de palabra”
“La noción de ‘partidario del internacionalismo’ carece de todo contenido y de todo sentido si no se la amplía concretamente.” (Lenin) [1]
El estallido de la guerra en Ucrania marcó innegablemente una ruptura y la apertura de una dinámica hacia la Tercera Guerra Mundial, a la que sólo el proletariado internacional, como clase explotada y revolucionaria, puede oponerse. El internacionalismo proletario se convirtió así de nuevo en una cuestión central: teórica y de principios para los revolucionarios; política y práctica para el proletariado internacional. Desde entonces, esta dinámica hacia la guerra generalizada, el desarrollo de la “economía de guerra” y la preparación ideológica, política y militar para la guerra imperialista han determinado, y determinarán aún más, la amplitud, el contenido y el calendario de los ataques que cada burguesía nacional se ve inducida a realizar contra “su” proletariado. Las condiciones del enfrentamiento entre las clases están dictadas cada vez más por las necesidades y exigencias de la marcha hacia la guerra, y ya no sólo por la defensa económica de cada capital nacional, frente a las contradicciones económicas únicamente.
Para orientarse a lo mejor en la tormenta guerrera que se levanta, es esencial referirse a la experiencia de la Primera Guerra Imperialista Mundial. Lenin y los bolcheviques fueron sin duda los defensores más claros, decididos y consecuentes del internacionalismo proletario a partir de 1914. Las condiciones de la época, en particular la traición de los partidos socialdemócratas de masas que, a pesar de su posición de principio adoptada en los congresos de la Internacional Socialista, [2] se adhirieron a la unión y defensa nacionales, determinaron en gran medida la aplicación concreta del principio internacionalista: por una parte, la consigna dirigida a las masas proletarias para “la transformación de la guerra imperialista en guerra civil”; por otra parte, la lucha contra el oportunismo, es decir, contra la traición de la mayoría de los partidos socialdemócratas, pero también contra toda forma de pacifismo y de internacionalismo incoherente, es decir, contra el “centrismo”. Este combate exigía y requería una ruptura organizativa con los socialistas internacionalistas y la creación de una nueva internacional.
Hoy, las condiciones concretas del combate para la defensa del internacionalismo proletario ya no son exactamente las mismas. Por una parte, la guerra aún no está generalizada, ni mucho menos, y las masas proletarias no están movilizadas ni en el frente ni en la retaguardia. Correcta en sí misma, la consigna de transformar la guerra imperialista en guerra civil no corresponde al momento actual como “llamada directa a la acción de las grandes masas.” [3] El rechazo de todo nuevo sacrificio en preparación de la guerra, contra toda unidad nacional y de clase en nombre de la defensa de la democracia, se adaptaría mejor a la situación actual y a la realidad presente de la relación de fuerzas entre la burguesía y el proletariado.
Por otra parte, ya no existe ninguna organización proletaria de masa, partidos o sindicatos, y el desarrollo de huelgas de masa obreras frente a la marcha hacia la guerra tendrá lugar, no sin “ellos”, sino contra los sindicatos y los partidos de izquierda, convertidos todos ellos en órganos de pleno derecho del Estado capitalista. La lucha contra el oportunismo ya no concierne a las corrientes socialistas, estalinistas, trotskistas e incluso anarquistas que han apoyado al capital y a la defensa nacional desde su traición en 1914, en los años 30 o en 1939-1945. Ahora han pasado definitivamente al campo de la burguesía y de la contrarrevolución, y los comunistas tienen el deber de denunciarlas y combatirlas como tales. El oportunismo en relación con el internacionalismo proletario se expresa hoy entre las minorías revolucionarias y dentro del propio campo proletario. Cada uno pudo darse cuenta de las diferentes “comprensiones” del internacionalismo con las iniciativas “internacionalistas” que siguieron al estallido de la guerra en Ucrania y Oriente Próximo. Hemos enumerado tres en particular: el llamamiento al congreso anti-guerra de Praga de mayo de 2024; la Declaración Conjunta de grupos de la Izquierda Comunista, [4] de hecho firmada sólo por la CCI, Internationalist Voice e el Istituto Damen; y, más recientemente, la llamada Declaración Internacionalista de Arezzo, [5] a la que deberíamos añadir una llamada conferencia internacionalista en Milán en julio de 2023.
No mencionamos aquí el llamamiento de la Tendencia comunista internacionalista a la formación de comités No War But Class War [NWBCW: No a la guerra sino a la guerra de clase], que apoyamos y al que respondimos en la medida de nuestras posibilidades. Este llamamiento, fechado el 6 de abril de 2022, es de otra naturaleza. Estos comités son simplemente comités de lucha con miras a reagrupar a las minorías más combativas de proletarios y elaborar respuestas proletarias a la intensificación de la explotación del trabajo exigida por la marcha hacia la guerra. En este sentido, y como para cualquier organismo unitario de lucha, asamblea general, comité de huelga, huelga propiamente dicha, etc., el criterio de participación es la voluntad de cada uno de comprometerse con tal o cual movilización o lucha, independientemente de las posiciones políticas que unos u otros puedan defender, revolucionarias o no. Es, pues, una consigna para la “acción”, “una llamada al combate para el conjunto de la clase obrera.” [6] En este sentido, el llamamiento a los NWBCW no es una alternativa a ninguna agrupación o conferencia internacionalista. No la excluye, pero representa otra dimensión de la intervención y lucha de los comunistas en la situación que se ha abierto desde 2022.
La conferencia “internacionalista” de Milán
Veamos primero el ciclo de las llamadas reuniones internacionalistas de Milán. La primera tuvo lugar en julio de 2023, la segunda en febrero de 2024. Los lectores pueden consultar el Internationalist Correspondence Bulletin, que recoge las distintas contribuciones de las organizaciones participantes. [7] La gran mayoría eran trotskistas y anarquistas. [8] La conferencia fue iniciada por Lotta comunista, que se encargó de la organización práctica. Desde el principio, y desde el punto de vista de la Izquierda Comunista, el carácter de clase no internacionalista de la mayoría de los participantes negaba cualquier pretensión internacionalista o de clase en estas conferencias, cualquiera que fuera su posición precisa sobre la guerra en Ucrania.
Formalmente, las posiciones planteadas no se sitúan en el terreno del pacifismo burgués abierto, por un alto el fuego y una paz democrática o cualquier otra cosa. Como nos cuenta un blog trotskista, “la cuestión política central que motivó la convocatoria de esta reunión fue la guerra en Ucrania. Los organizadores debatieron si sólo debían ser invitadas a la reunión las fuerzas de la izquierda anticapitalista que adoptaran una posición independiente, de clase e internacionalista (es decir, contra la OTAN y las clases dominantes rusa y ucraniana), o si debían ser invitados todos los puntos de vista. Al final, prevaleció el segundo punto de vista, que más tarde resultó ser el correcto.” [9] En otras palabras, desde el principio, esta reunión supuestamente internacionalista incluía organizaciones que mostraban una postura de “no a la OTAN, no a Rusia”, que podría parecer formalmente internacionalista, y otras que defendían un campo imperialista contra el otro, unas apoyando al campo ucraniano y otras al ruso: “Sobre la naturaleza de la guerra en curso en Ucrania, había, para decirlo simplemente, tres campos de posiciones: el que caracterizaba el conflicto como interimperialista, lo que implicaba el derrotismo por ambas partes de las fuerzas enfrentadas; el de una guerra de agresión y expansión estadounidense a la que Rusia respondería defensivamente; y, por último, un análisis del conflicto como el inicio potencial de una guerra generalizada, pero en la que se superponían varios conflictos, y en la que la cuestión nacional ucraniana seguía siendo esencial.” [10]
Pero lo que nos interesa aquí no es tanto el hecho de que los grupos trotskistas y anarquistas puedan apoyar a un campo imperialista contra el otro, sino el significado político de las posiciones aparentemente “internacionalistas”, formalmente “internacionalistas”, adoptadas por la mayoría de los participantes izquierdistas, y por tanto burgueses, en la reunión. Definen la guerra en Ucrania como imperialista y rechazan cualquier participación o apoyo a uno de los dos campos imperialistas. “Hoy, la confrontación es entre potencias imperialistas de todos los bandos. Rusia y China participan plenamente en el orden imperialista”, según la International Trotskyist Opposition, por citar sólo una de las contribuciones. La realidad de este “internacionalismo” queda rápidamente al descubierto. Sin entrar en el análisis y la denuncia de los argumentos que acompañan a la posición “internacionalista” sobre la guerra en Ucrania, basta con ver las posiciones adoptadas por esta organización y la mayoría de los otros grupos trotskistas participantes sobre la guerra, también imperialista, en Oriente Medio entre Israel y Hamás en Gaza y más ampliamente en la región. Todos apoyan el nacionalismo palestino. Su “internacionalismo” es de geometría variable y se detiene en los límites de su defensa de las luchas de liberación nacional y otro “apoyo a los pueblos oprimidos.”
Este tipo de conferencias internacionalistas, que reúnen principalmente, no sólo, a grupos izquierdistas, sólo pretenden completar la ocupación del terreno ideológico y político por fuerzas burguesas, en su mayoría de izquierda, abogando por el pacifismo. Estas iniciativas son, por tanto, abiertamente anti-obreras y anti-internacionalistas. Son tanto más peligrosas, y pedimos al lector que lo tenga en cuenta, cuanto que los grupos izquierdistas contrarrevolucionarios pueden muy bien adoptar, con ocasión de estos acontecimientos, una posición formalmente internacionalista sobre tal o cual guerra imperialista.
El congreso “anti-guerra” de Praga
Varios grupos revolucionarios del entorno del grupo Tridni Valka [11] convocaron y “organizaron”, junto con grupos anarquistas, el congreso anti-guerra de Praga que se celebró a finales de mayo. En cuanto recibimos la convocatoria del congreso, nos posicionamos al respecto y criticamos con fuerza su planteamiento. [12] Fuertemente impregnada de ideología anarquista individualista y contestataria, la convocatoria, en sí misma “internacionalista”, rechazaba la elección de un bando imperialista frente al otro tanto en Ucrania como en Oriente Medio y llamaba a “la lucha contra la burguesía de todos los bandos en guerra.” Nuestra crítica se centró en el contenido y la orientación política del congreso: “sabotear la maquinaria de guerra coordinando acciones directas individuales”, ignorando la realidad de la relación de fuerzas entre las clases, la dinámica de la actual lucha de clases y el proletariado como tal.
“Es el deber absoluto de los socialistas de todas las potencias beligerantes aplicar inmediata y firmemente la resolución [del Congreso de la 2a Internacional] de Basilea, a saber: (...) llamar a los obreros de todos los Estados beligerantes a una enérgica lucha de clases, tanto económica como política, contra la burguesía de su propio país... [y] crear (...) un comité internacional para agitar por el cese de la guerra, no en el espíritu de pacifistas, cristianos y demócratas pequeñoburgueses, sino en estrecha conexión con la propaganda y la organización de la acción revolucionaria de masas de los proletarios de cada país...» (Lenin, subrayamos) [13]
Aunque nuestra posición pública sobre este congreso encontró un cierto eco, generalmente positivo, algunos camaradas y grupos no comprendieron ni compartieron nuestro planteamiento. Para un camarada, “negarse a participar en esta reunión y considerarla como pacifista-burguesa fue un error por parte del GIIC-GIGC.” Sin embargo, no nos negamos a participar: por un lado, los grupos llamados partidistas fueron excluidos por los organizadores; por otro lado, y a pesar de esta prohibición, participamos, a menos que se considere que sin presencia física es imposible intervenir. Nuestro documento se dirige “a todos los participantes” y les ofrece una alternativa a la orientación política contenida en la convocatoria del Congreso. La elección de no “hacer el esfuerzo de una presencia física”, debida esencialmente a la debilidad de nuestras fuerzas y a la necesidad de aprovechar al máximo nuestras capacidades reales, nos parece validada – en lo que respecta a nuestras prioridades en relación con nuestras fuerzas – por el propio desarrollo del Congreso. Dudamos en ir y podríamos habernos equivocado. Pero los informes que recibimos o leímos – el de la CCI en particular – muestran claramente cómo este congreso “estuvo muy mal organizado e incluso fue caótico.” [14] No obstante, el hecho de que organizaciones de la Izquierda Comunista, la Tendencia Comunista Internacionalista, la Corriente Comunista Internacional y Programa Comunista enviaran delegaciones debe ser acogido con satisfacción y apoyado, cualesquiera que sean las diferencias secundarias que podamos tener con el contenido de sus intervenciones.
De hecho, como anunciamos en nuestro llamamiento a los participantes, [15] el congreso en sí fue un fracaso, al menos desde el punto de vista proletario e internacionalista. “No creemos que el Llamamiento al Congreso constituya un paso adelante en la situación actual. [16] En el mejor de los casos, sólo puede ser una fuente de confusión política y de aventurerismo izquierdista y activista. Llamamos a los grupos políticos y a los individuos que deseen posicionarse en el terreno real del internacionalismo proletario a romper con el contenido y el espíritu del Llamamiento, proponiendo uno nuevo basado inequívocamente en la lucha de clases. Sabemos que nuestra propuesta sólo puede conducir a una delimitación y separación muy clara de la mayoría de los grupos anarquistas participantes.”
Según el informe de la CCI y otras informaciones, una relativa decantación tendió a surgir durante la propia “semana de acción”: ante el caos y la incapacidad de los organizadores para asumir los aspectos materiales – y políticos – del congreso, una minoría de participantes, bajo la influencia de la delegación de la TCI y de Programa, al parecer, y de otros camaradas, intentó celebrar un “congreso-bis” que permitió establecer contactos entre internacionalistas buscando ser consecuentes. Desgraciadamente, esta minoría fue incapaz de adoptar siquiera un documento o una resolución en torno a los cuales se hubiera podido polarizar un internacionalismo proletario consecuente.
Sin duda, una de las razones de esta relativa impotencia política se debe a las vacilaciones políticas y a la confusión sobre lo que significa realmente hoy el internacionalismo proletario. En efecto, sostenemos que las consignas de acción directa que el congreso pretendía organizar y lanzar, por muy radicales que pudieran parecer a los más inexpertos, no se situaban en el terreno del internacionalismo proletario, sino en el del pacifismo radical: “La única salida a la pesadilla de las guerras y la paz capitalistas es un despertar colectivo: debemos ver y sabotear toda la maquinaria de la guerra, derrocar a sus representantes y recuperar nuestro poder como creadores del mundo”, concluía la convocatoria del congreso. [17] La primera frase no llama a la lucha proletaria, no se basa en la lucha de clases, sino en el despertar las conciencias. ¿Y con qué fin? ¿Para llamar a la insurrección y a la dictadura del proletariado? Para nada, ¡sino para sabotear y “recuperar nuestro poder creativo”! La primera frase da la espalda al internacionalismo proletario, que sólo puede vincularse – “extendiéndose” – a las consignas de insurrección y dictadura del proletariado. En este sentido, se asemeja al pacifismo pequeñoburgués. Precedido por el primero, el segundo no es más que una frase radical, al igual pequeñoburguesa...
La “Declaración Conjunta de Grupos de la Izquierda Comunista Internacional”
También fechada el 6 de abril de 2022, esta declaración, iniciada por la CCI, fue firmada por Internationalist Voice, el Istituto Damen y el grupo de Corea Internationalist Communist Perspectives. [18] Al denunciar la guerra imperialista y oponerla la lucha revolucionaria de masas del proletariado y a la dictadura del proletariado, la declaración se sitúa en el terreno del internacionalismo proletario: “La guerra en Ucrania se está librando en función de los intereses contrapuestos de todas las diferentes potencias imperialistas, grandes y pequeñas, y no de los intereses de la clase obrera, que es una clase de unidad internacional. (…) Esta guerra, la mayor en Europa desde 1945, advierte del futuro que el capitalismo reserva al mundo si la lucha de la clase obrera no conduce al derrocamiento de la burguesía y su sustitución por el poder político de la clase obrera, la dictadura del proletariado.”
La declaración constituye, por tanto, una clara ruptura con el congreso anti-guerra de Praga, en la medida en que cualquier internacionalista consecuente puede identificarse con los principios enunciados. Sin embargo, es ampliamente insuficiente. Y ello por una razón muy simple: deja de lado, de forma totalmente oportunista, el desafío histórico fundamental al que se enfrenta el proletariado, a saber, la dinámica hacia la guerra imperialista generalizada que acaba de iniciarse con la guerra de Ucrania. Al hacerlo, “el borrador propuesto contiene varias lagunas (...) y es inadecuado como guía política para mostrar a la clase obrera cómo luchar contra la guerra. En primer lugar, no aborda el significado real de esta guerra en este momento concreto. (...) Como tal, no ofrece ninguna perspectiva. Es una pura declaración sobre el papel y necesitamos ofrecer algo más que eso”, escribió acertadamente la TCI en una carta fechada el 21 de marzo de 2022. [19] En otra carta fechada el 30 de abril de 2022, se refiere explícitamente a la divergencia sobre la perspectiva de una guerra imperialista generalizada: “No creemos que compartáis nuestra preocupación por la gravedad de la situación actual. Observamos que hay un artículo en su página web que sostiene que no habrá guerra imperialista generalizada hasta que ‘se hayan formado los bloques’.”
Como resultado, la Declaración muestra un internacionalismo abstracto, general, válido en todas las circunstancias, el mismo internacionalismo que Lenin definía como “internacionalismo palabrero”. De hecho, la CCI se encuentra en un callejón sin salida teórico y político desde que rechazó cualquier posibilidad de guerra imperialista generalizada en su 15º Congreso Internacional de 2003. Desde el estallido de la guerra en Ucrania y ante la evidencia, se ha contorsionado lo mejor que ha podido para intentar mencionar y tener en cuenta la realidad de la guerra imperialista al tiempo que negaba cualquier dinámica hacia la guerra generalizada. El resultado son artículos y posiciones contradictorias, o bien... generales y abstractas frente a la situación real en curso, de la que esta declaración es la expresión.
En cuanto la contradicción entre la realidad histórica y su teoría de la Descomposición se lleva al límite, estalla violentamente: “Para que se produjera una guerra mundial, tendrían que formarse dos bloques imperialistas, lo que actualmente no está a la orden del día y probablemente nunca lo estará. Por otra parte, la descomposición irreversible es una amenaza mucho más tangible, en ciernes, e igual de catastrófica pero probablemente aún más terrible que la guerra mundial”, [20] sigue diciendo aún en juño 2024. ¿Cómo se puede armar al proletariado y participar en sus luchas, cuyas condiciones están y estarán determinadas por la marcha hacia la guerra generalizada, si negamos esta? Peor aún, ¿si se presenta la amenaza real como aquella de la idea de descomposición, que no es apoyada por ninguna clase, en lugar de la guerra generalizada que, por su parte, es bien apoyada y encarnada por la clase burguesa? Tenemos aquí un caso típico de internacionalismo de la frase, de internacionalismo abstracto, que acaba por desarmar al proletariado haciéndole creer que la guerra no es la realidad actual, ni el peligro – como expresión última de la crisis del capital –, ni siquiera el factor, hoy convertido en principal, de agravamiento de sus condiciones de explotación.
Sin embargo, podríamos haber firmado esta declaración, del mismo modo que Lenin y la Izquierda de Zimmerwald habían firmado el Manifiesto de la conferencia, en la medida en que habría representado “un paso adelante...”, manteniendo nuestras críticas y nuestra lucha. Y al mismo tiempo promoviendo nuestra intervención en los comités NWBCW. Pero para que esta declaración representara tal paso adelante, hubiera sido necesario que la CCI no excluyera a una buena parte del campo proletario, si no es a su mayoría, en nombre de “la lucha contra los grupos parasitarios” y no decidiera, de manera totalmente sesgada o subjetiva, quién es y quién no es “internacionalista”. [21] Otra contradicción de la CCI, esta vez debida a su teoría del parasitismo, que reduce los participantes en su Declaración únicamente al Istituto Damen, sabiendo que Internationalist Voice se ha convertido en su satélite y clon en la “lucha contra los parásitos”...
¿Cuál es el balance de esta Declaración, que ya no es “de grupos de la Izquierda Comunista”, sino que se ha convertido en “Declaración conjunta de la Izquierda Comunista”, reduciéndola sólo a la CCI y al Istituto Damen? Leamos la propia CCI: “A primera vista, estas iniciativas internacionalistas de la CCI no parecen haber tenido éxito, ya que no condujeron a una respuesta unitaria de todas ni siquiera de la mayoría de las corrientes de la izquierda comunista...” [22]
La proclamación internacionalista de Arezzo
Tomamos nota en varios sitios del campo “consejista” de una Proclamación internacionalista, [23] adoptada en la reunión de Arezzo en Italia en junio pasado. “A principios de junio, en el último día del congreso contra la guerra en Praga, acordamos la necesidad de una breve declaración sobre el capitalismo y la guerra que exprese nuestras posiciones comunes y pueda servir de base para nuevas redes y acciones comunes. Esta declaración fue redactada después de que terminara el congreso. Fue discutida, enmendada y aprobada en la reunión internacionalista de Arezzo, donde se expresó la esperanza de que sea discutida más a fondo por los participantes en el congreso de Praga y los que se reunirán en Poznan este mes.”
El texto, que tiene un tono político consejista, aunque sólo sea por lo que no dice, es sin embargo internacionalista. Tiene el mérito de establecer el vínculo entre la dinámica de la guerra imperialista mundial y la lucha de clases: “Al luchar contra [la austeridad], los trabajadores luchan contra la guerra, conscientemente o no.” La proclamación debería haberse limitado a esta última frase y al marco que define para avanzar las orientaciones políticas que deben proponerse. En lugar de ello, se aventuró a repetir algunas de las orientaciones del congreso anti-guerra de Praga que, a falta de clarificación, sólo pueden conducir a un callejón sin salida y a la impotencia: “Apoyamos a los proletarios de ambos lados de cualquier guerra que se niegan a participar en ella, que desertan, que fraternizan en lugar de luchar entre sí. Apoyamos el sabotaje de la maquinaria de guerra y la resistencia contra el servicio militar obligatorio, la movilización y la militarización de la sociedad.”
En realidad, las condiciones para conferencias o declaraciones internacionalistas comunes al conjunto de la Izquierda Comunista, para un Zimmerwald adaptado a 2024, no se dan hoy en día. En primer lugar, una conferencia o agrupación de este tipo no encontraría las mismas condiciones históricas que Zimmerwald y Kienthal en 1915 y 1916. Uno, la guerra aún no se ha generalizado; dos, ya no existen organizaciones de masa del proletariado, sindicatos o partidos, que traicionarían de nuevo, como señalamos en nuestra introducción.
Por otra parte, la realidad minoritaria y dividida del campo proletario y las debilidades históricas, en particular el sectarismo, de sus componentes hacen imposible hoy prever la constitución de una iniciativa internacionalista consecuente del conjunto del campo, si no por todo el campo, es decir, por sus organizaciones y grupos comunistas. Esto es lo que ilustra muy bien la iniciativa de la CCI. Antes de que esto pueda ocurrir, el proletariado en lucha masiva tendrá que empujar, si no obligar, a sus minorías políticas a romper con el sectarismo y a estar a la altura de lo que está en juego y de sus responsabilidades históricas, aunque sólo sea reabriendo la cuestión del partido, de la que toda conferencia o iniciativa internacionalista debería ser el preludio, como lo fue Zimmerwald para la Internacional Comunista. Y que se produzca una decantación en su seno, en particular sobre la cuestión del internacionalismo proletario. En definitiva, y para ser coherentes, el internacionalismo proletario sólo es “de palabras” si no se extiende a los principios de la lucha de clases, de la insurrección proletaria y del ejercicio de la dictadura del proletariado. La unidad de estos principios es la primera condición para que el principio del internacionalismo proletario sea “declinado”, aplicado a las situaciones concretas y a la dinámica real de la relación de fuerzas entre las clases.
Los llamados izquierdistas internacionalistas de Milán rechazan estos principios y se apoyan, entre otros, en los principios de la democracia, el antifascismo y las luchas de liberación nacional. El resultado es que, a pesar de ciertas posiciones sobre la guerra en Ucrania, la conferencia se situá en el terreno de la burguesía. Los iniciadores del congreso anti-guerra de Praga ignoran la lucha del proletariado y la sustituyen por la acción directa de minorías activas. Praga fue, en el mejor de los casos, una variante moderna del oportunismo frente al internacionalismo, sustituyéndolo por un “pacifismo radical.” La proclamación internacionalista de Arezzo se sitúa en el terreno del centrismo frente al pacifismo radical haciendo concesiones a los anarquistas y al congreso de Praga sobre las acciones “directas” – sin olvidar que “no extiende” su reconocimiento de la lucha de clases a la insurrección obrera y la dictadura del proletariado. La Declaración de la CCI y del Instituto Damen, ignorando la guerra imperialista generalizada como factor central de la situación, sigue siendo abstracta y general, válida en todo tiempo. Y es ampliamente insuficiente frente a la carrera hacia la guerra imperialista generalizada que la burguesía intenta imponer hoy, concretamente, en la realidad material de la lucha de clases. Sin embargo, podría haber sido un paso adelante, pero el sectarismo y el oportunismo de la CCI, su principal iniciador, sabotearon completamente su valor e interés políticos al excluir a la mayoría del campo revolucionario.
Esta es la “triste” realidad del campo internacionalista. Sin embargo, la huida hacia adelante del capital en la guerra generalizada va a interpelar directamente al proletariado internacional sobre sus condiciones de vida y a las fuerzas internacionales sobre el sentido y la función del internacionalismo proletario. La lucha por la defensa del internacionalismo proletario apenas empieza. En la medida en que el internacionalismo proletario solo puede ser llevado consecuentemente por el movimiento comunista, la lucha por su afirmación se inscribe plenamente en la lucha por el partido proletario mundial. ¿No es esta la principal lección de Zimmerwald?
“Por eso urge que el partido proletario, cumpliendo con su deber, oponga con toda claridad, con toda precisión y con toda nitidez al internacionalismo palabrero el internacionalismo efectivo.” (Lenin) [24]
Notas:
[1] . Bajo un bandera ajena, 1915, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/akal/lenin-oc-tomo-22.pdf.
[2] . Resoluciones de Stuttgart et Basilea
[3] . Excepto quizás, y esto es discutible, en países en guerra, en Ucrania, Rusia, o incluso Israel y Palestina...
[4] . https://es.internationalism.org/content/4807/declaracion-conjunta-de-grupos-de-la-izquierda-comunista-internacional-sobre-la-guerra
[6] . Carta de la TCI a la CCI del 2 de marzo 2022, https://fr.internationalism.org/content/10811/gauche-communiste-guerre-ukraine
[7] . https://www.internationalistbulletin.com/ Traducimos del inglés la citaciones que reproducimos a continuación.
[8] . Por ejemplo, el trotskista Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) de Francia participó.
[9] . https://www.internationaliststandpoint.org/the-meeting-of-internationalist-organisations-and-currents-in-milan-july-2023/
[10] . Traducido del francés: https://npa-revolutionnaires.org/la-conference-de-milan-une-premiere-avancee-qui-necessite-detre-consolidee/?fbclid=IwAR3SDd83JtNtnr0nwRoTj7nQHOW4ATcMP6EX5gJorVNGEp-V129CoS6sHXg
[12] . cf. Revolución o guerra #27, El Congreso anti-guerra de Praga, influencia y peligro del anarquismo “internacionalista”, http://www.igcl.org/El-internacionalismo-proletario-y
[13] . No conseguimos esta “Carta a la redacción de Nache slovo” en las páginas web de marxism.org. La traducimos de su versión francesa. Lettre à la rédaction de Naché Slovo, 1915, Lénine, oeuvres complètes, tome 21, Éditions sociales. Inclinamos a pensar que el propósito de los comités del NWBCW está en consonancia con este enfoque político.
[14] . Nos parece importante citar este pasaje de la CCI para evaluar la realidad del propio congreso, su organización y su “internacionalismo”: “Aunque los organizadores insistieron en que la protesta no pedía apoyo para el nacionalismo palestino, atrajo a varias personas que ondeaban banderas palestinas y, por tanto, sólo podía parecer un pequeño complemento de las manifestaciones pro Palestina que se están llevando a cabo en todo el mundo, especialmente en las universidades de Estados Unidos y Europa. Igualmente importante: aunque no había rastro del comité organizador, el reducido número de asistentes a la ’Semana de Acción’ que participaron se dieron cuenta rápidamente de que se trataba de una protesta ilegal y la policía tomó nota de sus identificaciones. La mayoría de ellos eran extranjeros, por lo que podrían haber sido expulsados.” (https://es.internationalism.org/content/5111/praga-semana-de-accion-el-activismo-es-una-barrera-para-la-clarificacion-politica)
[15] . Revolución o guerra #27, http://www.igcl.org/El-internacionalismo-proletario-y
[16] . Contrariamente a la conferencia de Zimmerwald de 1915, para referirse a la experiencia de la época y a la lucha de Lenin y de la izquierda en la conferencia que, a pesar de sus fuertes críticas a las debilidades pacifistas del Manifiesto adoptado, lo habían firmado porque «representaba un paso adelante».
[17] . https://actionweek.noblogs.org/congreso-contra-la-guerra-es/. De hecho, parece que hay dos “llamadas” al Congreso, la otra es en: https://actionweek.noblogs.org/espanol/.
[18] . Internationalist Communist Perspectives se distinguió por hacerse eco del llamamiento de la TCI a la formación de comités NWBCW.
[19] . La CCI publicó en inglés (https://en.internationalism.org/content/17240/correspondence-joint-statement-groups-communist-left-war-ukraine) y en francés (https://fr.internationalism.org/content/10811/gauche-communiste-guerre-ukraine) la correspondencia con la TCI a propósito de la Declaración. Traducimos del francés.
[20] . No nos detendremos en este artículo – dada la inanidad y estupidez de los argumentos – que supuestamente denuncia “nuestras” mentiras y que, obligado a exponer un mínimo de argumentos, confirma en gran medida nuestras críticas a las posiciones de la CCI: https://es.internationalism.org/content/5114/frente-las-mentiras-y-falsificaciones-del-gigc-defensa-de-la-intervencion-de-la-cci.
[21] . Carta de la TCI del 21 de marzo 2022, primero citando a la CCI: “‘Controverses, GIGC-GIIS, Perspective Internationaliste, Matériaux Critiques y algunos otros pertenecen al medio parasitario y no tienen nada que ver con el internacionalismo proletario, aunque escriban sobre él y aunque defiendan exactamente la misma posición. Su actividad se caracteriza por el sabotaje de las actividades comunistas y obstaculiza cualquier posibilidad de acción unitaria de la auténtica izquierda comunista. Los grupos que pertenecen a la Izquierda Comunista son Il Partito Comunista, Il Programma Comunista, el Instituto Onorato Damen, Programme Communiste, la Tendance Communiste Internationaliste y Internationalist Voice’. Así que lo que nos está pidiendo es que nos adhiramos a su propia definición de quién está o no en la Izquierda Comunista y, además, a su idea largamente sostenida de que cualquier organización formada por quienes han abandonado la CCI debe ser culpable de «parasitismo». Llevamos mucho tiempo criticando esta etiqueta destructiva.” (Correspondencias publicadas por la CCI, Op.cit)
[22] .Dos años después de la Declaración Conjunta de la Izquierda Comunista sobre la guerra en Ucrania: https://es.internationalism.org/content/5109/dos-anos-despues-de-la-declaracion-conjunta-de-la-izquierda-comunista-sobre-la-guerra
[23] . En el sitio de Internationalist Perspective: https://internationalistperspective.org/declaracion-internacionalista-sobre-el-capitalismo-y-la-guerra/
[24] . Las tareas del proletariado en nuestra revolución, La situación en el seno de la Internacional Socialista,1917, https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/oc/progreso/tomo31.pdf