Revolución o Guerra n°20

(Febrero 2022)

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24° Congreso de la CCI : el barco de la Descomposición hace agua

El siguiente artículo sobre el 24º Congreso de la CCI confirmará sin duda a los que creen que tenemos una fijación obsesiva con esta organización. Sin embargo, no es nuestra culpa que los demás componentes del campo proletario celebren pocos congresos, conferencias o reuniones generales. Cuando lo hacen, intentamos informarnos sobre ellos, discutirlos y dar nuestra opinión sobre sus resultados [1]. De hecho, en coherencia y consecuentes con nuestra posición sobre la cuestión históricamente crucial del partido comunista internacional, consideramos que los congresos y conferencias de otros grupos comunistas y revolucionarios hacen parte de los momentos más altos de la vida del proletariado y de la lucha por el partido. Por lo tanto, es nuestro deber ocuparnos e intervenir en los “asuntos políticos” de los demás grupos del campo proletario en los que se libra la batalla teórica, política y organizativa esencial para el partido del mañana. No hay mejor manera de confrontar y aclarar las posiciones políticas de unos y otros, incluidas las “suyas”, y preparar así el armamento programático del futuro partido mundial del proletariado.

La CCI ha publicado en su página web cuatro informes [2], una Resolución sobre la situación internacional [3] y un balance del Congreso [4]. Este último debería, normalmente, darnos una visión general de las actividades de la organización, los retos del Congreso y las perspectivas que plantea para el próximo periodo.

¿Una “balance positivo”? ¿De veras?

De entrada, el lector, y nosotros con él, se tranquiliza con el primer asunto: “la CCI ha celebrado su 24º Congreso Internacional y podemos hacer un balance positivo del mismo.” Desgraciadamente, nos quedamos con ganas de más porque la única referencia al balance de las actividades pasadas es la siguiente: “el Congreso hizo un balance positivo de la actividad de la organización en los dos últimos años, en particular la solidaridad con todos los compañeros afectados por la pandemia.” Nada más. Esto es muy poco en cuanto a las actividades políticas reales de la CCI, aunque estamos muy contentos – ¿quién no lo estaría? – saber que los compañeros afectados por Covid fueron apoyados por los demás. ¿Pero qué pasa con las orientaciones políticas que el anterior congreso había adoptado, “la defensa de la organización, la lucha contra el parasitismo, el desarrollo del marxismo, la capacidad de análisis e intervención ante la cambiante situación mundial” [5]?

¿Consiguió la CCI contrarrestar el “parasitismo” que había conseguido “crear un cordón sanitario que aísle a la CCI de otros grupos de la Izquierda Comunista (...) y de elementos en búsqueda”? ¿Ha sido capaz de desarrollar con éxito la “lucha decidida e incesante contra el parasitismo (…), eje esencial y a largo plazo de la intervención de la CCI [que] debe ser una lucha política y organizativa abierta y continua contra el parasitismo para eliminarlo [subrayamos] del medio político proletario y educar a los nuevos compañeros sobre su peligro”? ¿Ha sido también capaz de corregir sus propias desviaciones sectarias y oportunistas en su lucha contra el parasitismo que él mismo había señalado en el anterior congreso [6]? Esto es lo que dice hoy: “la experiencia de los dos últimos años de defensa de la organización contra los ataques del parasitismo y para romper el cordón sanitario que trata de erigir alrededor de la CCI muestra que la lucha contra el oportunismo y el sectarismo es sinónimo [implica el dice la versión francesa] de conocimiento y defensa de nuestra historia.” (Balance del Congreso) Esto se llama hablar por hablar. Una frase fangosa, pomposa y vacía entre otras muchas que ahorraremos al lector la letanía. Por lo tanto, es difícil sacar una conclusión positiva sobre la defensa de la organización y la lucha contra el parasitismo.

Así que no cabe duda de que el positivo se encuentre en la capacidad de análisis e intervención ante la cambiante situación mundial – por el momento, dejemos de lado el ambicioso desarrollo del marxismo. El texto balance no dice mucho al respecto. Pero el Informe sobre la lucha de clases internacional [7], si uno se toma la molestia y el tiempo de leerlo, proporciona algunas indicaciones preciosas sobre este aspecto de las actividades de la CCI. Señala “debilidades en la aplicación de nuestro marco político” [la versión española cortó esta frase], la “ausencia del marco de descomposición” que se remonta a mucho antes del 23º Congreso, y “debilidades más generales en la organización que determinan sus análisis y posiciones.” En particular, destaca un enfoque inmediatista que “fue ciertamente la antesala del oportunismo, el punto de partida para un deslizamiento hacia el oportunismo y el abandono de las posiciones de clase.” Híjole, las debilidades se vuelven serias, ¿no? El informe, decididamente crítico, señala que “la deriva en el caso del movimiento juvenil contra la destrucción ecológica ha mostrado un olvido del punto 12 de nuestra plataforma. (…) La hoja y el artículo de la CCI en Bélgica son ejemplos flagrantes de oportunismo. Esta vez no se trata de oportunismo en materia de organización, sino de oportunismo en relación con las posiciones de clase recogidas en nuestra plataforma.” ¡Nada más que esto! Incluso llega a hacer un balance negativo del anterior congreso. “Podemos decir que el informe sobre la lucha de clases del 23º Congreso tenía ambigüedades en este sentido. Adoptó una posición ambigua sobre la naturaleza de estos movimientos [ecologistas].” Y lo que es más, este informe – aprobado por el congreso, recordemos – “contradice lo que se dice en el punto 12 de la plataforma.” Por favor, no tiren más, el bote está lleno.

Así que, leyendo los informes, el balance de las actividades de la CCI desde el 23º Congreso está muy, muy lejos de ser positivo. La CCI ha caído regularmente en el oportunismo, tanto en la defensa de la organización como en el análisis e intervención en la situación. ¡Hasta el punto de traicionar su plataforma! Podríamos estar satisfechos de ver que por fin la propia CCI reconoce las derivas oportunistas que venimos denunciando desde nuestra constitución y a continuación de la antigua Fracción interna de la CCI. Pero el oportunismo al que se refiere aquí es sólo “el olvido del marco de la descomposición y el parasitismo” y no su marco en sí.

¿Qué está en juego? Tapar los huecos del casco del barco Descomposición...

“El 24º Congreso de la CCI (...) tenía la responsabilidad de confirmar el marco de análisis de la descomposición del capitalismo” (Informe del Congreso) y “‘probar’ el marco teórico de la descomposición frente a la evolución de la situación mundial”, marca el preámbulo de la Resolución sobre la situación internacional [8]. Todos los informes se centran en la defensa de esta teoría. Retomando el método de especulación idealista expuesto en su momento por Marx y Engels, reducen todos los acontecimientos de la situación histórica a la categoría de descomposición. ¿Un ejemplo? “El extraordinario crecimiento de China es en sí mismo un producto de la descomposición” (idem), por citar sólo uno de los más caricaturescos. Sin duda, su dimensión dialéctica debe escapar a muchos, incluso entre su seno. Sin embargo, desde el último congreso, un miembro [9] se ha aventurado a cuestionar algunas de las posiciones derivadas de la Descomposición sobre la dinámica de la situación histórica. Evidentemente, su reconocimiento empírico de los hechos no le permite encuadrarlos en las categorías de caos y sálvese quien pueda, características principales de la Descomposición según la CCI. Así es como el artículo de balance presenta los términos de las divergencias:

“¿La polarización de las tensiones imperialistas, principalmente entre EEUU y China, no está preparando el camino para una Tercera Guerra Mundial? ¿Las medidas brutales adoptadas por los Estados de confinamiento, etc., no serían un medio encubierto de preparar a las poblaciones para la guerra imperialista? ¿Es la pandemia un fenómeno ’socio-natural’ que los estados pueden aprovechar para controlar a la población o expresa y acelera, sobre todo, la descomposición general del capitalismo? ¿Cómo puede el proletariado hacer frente a esta grave situación histórica? ¿Necesita primero una conciencia de sí mismo y el desarrollo de su perspectiva histórica? ¿O requiere el desarrollo de una lucha en su propio terreno de clase, la maduración de su conciencia y el fortalecimiento de la capacidad de intervención de sus organizaciones comunistas?” (Balance del congreso)

Al hacerlo, y aunque afirma su acuerdo con la teoría de la Descomposición, cuestiona sus implicaciones políticas. Limitémonos aquí a las tres primeras cuestiones – las últimas, sobre la lucha de clases y el proletariado, requieren desarrollos y una crítica radical de las dos posiciones que sobrepasarían los límites de este artículo. En nombre de la Descomposición, ¿no descartó la CCI definitivamente cualquier perspectiva de una tercera guerra mundial en su 17º Congreso de 2007? Con el caos y el sálvese quien pueda causando “el auge del populismo y la pérdida de control político por parte de la clase dominante”, ¿cómo podría la clase dominante, perdiendo todo el control, “preparar a las poblaciones para la guerra imperialista” y utilizar la pandemia contra el proletariado? Tampoco podemos volver aquí a nuestra crítica de la teoría de la descomposición. Mencionemos simplemente que el caos, o la anarquía, así como el sálvese quien pueda, no son peculiares del actual período llamado de Descomposición, sino del modo de producción capitalista en su conjunto, desde sus orígenes – “el hombre es un lobo para el hombre” (Hobbes) – hasta el imperialismo y el capitalismo de Estado dominantes en nuestra época. En este sentido, hoy y desde principios del siglo XX, el caos y el sálvese quien pueda no excluyen la polarización imperialista y la perspectiva, o dinámica, hacia la guerra imperialista generalizada, sino que son, por el contrario, factores y momentos de la misma; cuanto más exacerbados y profundos sean la anarquía y el sálvese quien pueda en la defensa de cada capital nacional frente a los demás, más fuerte será la presión hacia la polarización imperialista y la guerra generalizada.

La exposición del método metafísico, y por tanto antidialéctico, utilizado para defender la Descomposición es suficiente para evaluar la realización de la orientación de “desarrollo del marxismo”. El fracaso es evidente y el balance negativo. Así, tras examinar los documentos publicados, sólo queda en la columna positiva del balance “la solidaridad con todos los compañeros afectados por la pandemia...”

¿Qué perspectivas? La liquidación de la lucha de clases...

“La perspectiva del comunismo está en la preparación del futuro. El objetivo central del 24º Congreso fue la preparación del futuro...”, concluye el artículo sobre el balance del congreso. Podríamos decir con la misma facilidad “la preparación del futuro está en la perspectiva del comunismo”, ya que la vacuidad de la afirmación no se vería disminuida. ¿Las perspectivas de la lucha de clases? “La cuestión central es si el proletariado ha sido ya tan abrumado por el avance implacable de la descomposición que su potencial revolucionario ha sido efectivamente socavado.” ¿Otra frase vacía? No, aquí se introduce la idea de que el proletariado se opone no a la burguesía, una fuerza histórica material real, sino a la Descomposición, a la idea, a su concepto – volvemos a esto más adelante. Y en cuanto a la construcción y defensa de la organización, “la lucha contra el oportunismo en el seno de las organizaciones de la Izquierda Comunista, ligada a la lucha contra el parasitismo, va a ser importante en el próximo período.” En definitiva, como única orientación concreta, tenemos exactamente la misma, la lucha contra el parasitismo, que en el anterior congreso.

Por lo tanto, el 24º congreso no tenía nada que decir al proletariado. Su único objetivo: defender la Descomposición para la propia supervivencia de la CCI. Porque el día que se derrumbe, además de la condena definitiva de dos o tres décadas de política oportunista y de prácticas sectarias llevadas a cabo en su nombre, será la propia organización la que estalle o implosione. Ahora bien, esta teoría de orden idealista -como nunca hemos dejado de decir y repetir – lleva a un callejón sin salida desde el punto de vista proletario porque liquida el principio fundamental del marxismo y del movimiento obrero, el de la lucha de clases como motor de la historia. En esto, la CCI puede seguir contaminando el pensamiento de las jóvenes generaciones de revolucionarios en busca de reapropiación histórica y de coherencia programática, pero sin experiencia. Destacar y denunciar la liquidación del principio de la lucha de clases por parte de la CCI puede ayudar a su reflexión; y advertir a todos los componentes del campo proletario contra cualquier concesión, o ausencia de vigilancia, sobre los temas idealistas y oportunistas avanzados por la CCI.

“La fase de descomposición encierra, en efecto, el peligro de que el proletariado simplemente no responda y sea aplastado durante un largo período, una ’muerte por mil cortes’ más que una confrontación de clase frontal.” (El subrayado es nuestro) El proletariado podría ser derrotado, por tanto, no por la burguesía, una fuerza social real y activa, sino por la Descomposición, por la “desintegración interna” del capitalismo. ¿Una fórmula torpe? No, una posición constantemente reafirmada: “para acabar con la amenaza que es la descomposición, las luchas obreras de resistencia a los efectos de la crisis no son suficientes: únicamente la revolución comunista podrá destruir esa amenaza.” ¡Este enfoque idealista y especulativo, que reduce todo a la descomposición, conduce inevitablemente a la CCI a un terreno clasista y moral, a un terreno burgués: “el drama al que se enfrentaba la humanidad se planteaba efectivamente en términos de orden contra caos [¡!].” (Resolución sobre la situación internacional, énfasis añadido)

La lucha de clases – entre las clases – desaparece así en favor de la que se da entre el orden y el caos. El sueño del pequeño burgués, asustado por la realidad caótica – desde su punto de vista – debida a la exacerbación de las contradicciones capitalistas y a la verdadera lucha de clases, es finalmente realizado por la CCI, apóstol del Orden y nostálgica de una época pasada y mistificada. Pero el orden y el caos capitalistas, lejos de excluirse, se alimentan mutuamente para mantener la dominación del capital y la explotación del proletariado. El orden y el caos de la lucha proletaria – para utilizar las categorías empleadas por la CCI de la Descomposición – se alimentarán mutuamente para que el proletariado internacional lleve a cabo su insurrección violenta contra el Estado burgués, lo destruya y luego establezca y ejerza su dictadura de clase, en tanto que nuevo orden proletario – y ciertamente caos anárquico para la clase dominante – mientras no se establezca definitivamente el comunismo. Pero en ese caso, la CCI y su Descomposición habrán sido devoradas hace tiempo por las tumultuosas olas de la historia. Este es precisamente el fatal desenlace que anuncian las vías de agua que inundan el barco de la Descomposición y que el 24º Congreso trató de tapar.

GIIC, Diciembre 2021

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Notas:

[1. Ver Revolución o guerra #5, Sobre la Asemblea general de Battaglia comunista, 2016 (http://igcl.org/Asamblea-General-del-PCint)

[2. Sobre la pandemia y desarrollo de la descomposición; sobre la crisis; sobre la lucha de clases internacional; y sobre los conflictos imperialistas (https://es.internationalism.org/content/4765/documentos-del-24o-congreso-internacional-de-la-cci-2021{).

[6. Idem. ver también Revolución o Guerra #12, Balance y perspectivas del 23° Congreso de la CCI, 2019 (http://www.igcl.org/Balance-y-perspectivas-del-23o)

[9. Habiendo participado activamente en la imposición del curso oportunista que se apoderó del CCI durante su crisis de 2001.