(Febrero 2016) |
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Ante el terrorismo y la guerra imperialista, los trabajadores en huelga de Bélgica este lunes 23 de Noviembre dan la única respuesta : ¡ la lucha obrera, la lucha de clase !
Este lunes por la mañana, huelgas obreras en Bélgica. A pesar de un fin de semana ’de alerta anti-terrorista máxima’ en Bélgica, (quiere decir el estado de sitio), a pesar de las calles y plazas de Bruselas y otras ciudades belgas vaciadas de transeúntes por la policía y los blindados del ejercito, a pesar del estado de alerta y de temor generalizado a todos los países europeos, a pesar de la campaña abrumadora de los medios de comunicación – transformando la emoción y la tristeza inmensas ante los masacres de París en llamadas a la unión nacional y a la guerra contra ’los bárbaros’ –, a pesar de los avisos sobre la amenaza de atentados en Bruselas y en el país, y pues a pesar de la prohibición de cualquier concentración ’popular’, huelgas y otras manifestaciones están ocurriendo desde esta mañana en varias regiones y ciudades del país « contra las medidas de economía del gobierno federal ».
« No hay buses, tampoco metro en las lineas de los transportes públicos [de Charleroi]. 1/3 de los conductores de tren de la central de Charleroi estaba en huelga a las 6h05 (…). Varios trenes están parados en la estación de Tournai. (…) En Flandes, la huelga afecta a las lineas ferrocarrileras conectando Binche a Turnhout, Charleroi a Amberes así como Amberes a Nivelles (…). La dirección de las TEC [la compañía pública de transporte de la región Valona] de Charleroi ha constatado que ciertos agentes habían colocado autobuses en medio de las centrales. (…) Además, la huelga es total en la central TEC de Tournai »… (Le Soir, periódico belga, 23 noviembre 2015).
He aquí la respuesta sola e única, verdadera – quiere decir de clase –, a la barbaría capitalista que incendia el mundo entero. Al terrorismo, a los atentados, a la guerra imperialista y a la unión nacional que solo pueden llevar a más atentados, más terror, más guerras hasta la guerra generalizada, hasta una 3a Guerra Mundial, debemos oponer la lucha de clase, quiere decir la defensa de nuestras condiciones de vida y trabajo contra la explotación. No solamente porqué permite de limitar la agravación ineluctable de la explotación y de la miseria pero también porque, al hacerlo, puede abrir la vía a la destrucción del capitalismo y a la perspectiva de una otra sociedad sin miseria, ni guerra. No hay otra alternativa a la barbaría capitalista.
Los trabajadores de Bélgica en huelga esta mañana, sean conscientes o no de esto, rechazan las llamadas a la unión (y disciplina) nacional, a los sacrificios y a la movilización guerrera para la defensa de la nación y del Estado democrático. Rechazan el falso dilema, la trampa en la cual se quiere encerrar el proletariado mundial : escoger entre democracia y terrorismo. Le oponen sus intereses específicos de clase. Y tienen razón : la democracia burguesa parió y alimentó el terrorismo de los Al Qaida y demás ISIS (EL o Daesh) desde décadas – la CIA primero. El capitalismo es la guerra imperialista y… el terrorismo se ha vuelto un medio, un momento, de su utilización directa o indirecta por todas las potencias estatales, grandes, medianas y pequeñas. Terrorismo y capitalismo, guerra y democracia, no son opuestos pero se alimentan uno al otro.
La crisis económica del capital que se agrava ineluctablemente provoca tan la miseria y el empobrecimiento generalizado como la exacerbación de las rivalidades y guerras imperialistas – y del terrorismo. Crisis capitalista y guerras imperialistas también se alimentan una al otra.
Cualquiera sea el desarrollo por venir de las huelgas en Bélgica de esta mañana, cualquiera sean sus limites, muestran el camino por seguir. La burguesía no se equivoca : « es ¡ pamplinas ! echó pestes Carlo Di Antonio, Ministro Valones de los transportes » [1] y el conjunto de la prensa europea guarda el silencio total sobre estas huelgas. No dudamos que la presión debe, a la mera hora en la cual escribimos, volverse fuerte, vía los sindicatos organizadores ’oficiales’ de la Jornada de Acción, sobre los obreros para que abandonen su combate ’dadas las circunstancias’. En la región de Namur, el sindicato FGTB ha « estimado, como organización responsable, que más valía anular las concentraciones públicas que requieren una cierta movilización de la policía mientras las fuerzas del orden tienen una presión máxima » (Le Soir). Pero en numerosas otras ciudades y regiones, no lograron – en esta hora y a pesar de varios días de ’alerta anti-terrorista’ – impedir que los obreros hagan huelga. Esto es de importancia y dice mucho sobre la combatividad obrera en Bélgica. Recordemos que, hace un año exactamente, los trabajadores de Charleroi, de Lieja y de Valona estaban en huelga salvaje [2] y que los sindicatos tuvieron mucha dificultad para controlar el retorno al trabajo y la manifestación masiva del 6 de noviembre 2014 de Bruselas que se terminó con enfrentamientos violentas oponiendo los estibadores de Amberes y los metalúrgicos de Valona con la policía anti-motín. Obviamente, la combatividad obrera queda fuerte a pesar de la censura sobre las luchas y los acosos de los medios de comunicación.
El reto político entre las clases, lo que se juega en este mismo momento al nivel internacional y particularmente europeo, es lo siguiente : ¿ van la guerra y los atentados, las campañas mediáticas anti-terroristas y las medidas represivas adoptadas [3] lograr hacer callar las movilizaciones obreras e incluso hacer retroceder la desconfianza de clase más o menos masiva que subsiste con respecto a los Estados, democráticos o no, y al capitalismo ?
Las huelgas de esta mañana en Bélgica dan una pequeña primera respuesta, aún insuficiente por supuesto para prejuzgar del resultado final de esta batalla. Pero, sobre todo, muestran la vía por seguir.
Es por eso que les corresponde a los grupos comunistas informar al proletariado mundial tanto como lo pueden de la existencia de estas huelgas hoy mismo y intentar proporcionar orientaciones políticas y eslóganes que puedan ser retomados y seguidos. Las luchas de esta mañana tienen un significado político particular que, sin duda, las sobrepasa. Se desarrollan precisamente dentro un momento en que las burguesías nacionales, mientras siguen defendiendo sus intereses imperialistas unas contra las otras, son unidas para llevar una ofensiva ideológica, política, económica y represiva contra la clase obrera. Porque, no nos equivoquemos, apresurada por el callejón sin salida económico e histórico del capitalismo, la burguesía internacional tiene ’dos hierros al fuego’ si se puede decir : encajarse más y más en las guerras imperialistas por una parte ; y por otra, llevar la guerra de clase contra el proletariado. He aquí lo que habían anunciado los atentados parisinos de Enero contra el periódico Charlie Hebdo y la reacción de los Estados y gobiernos. Abrían un nuevo periodo. Los atentados de Noviembre y su utilización internacional por todas las principales burguesías - ¿ cuantas Marseillaise fueron tocadas en el mundo en los campos de football y salas de conciertos ? – confirman a la vez la sumersión en las guerras ; y la urgencia de vencer, ideológicamente y políticamente, la clase obrera, de imponerle un mínimo de disciplina y de adhesión a la unión nacional y a la defensa de la democracia burguesa.
Las huelgas de esta mañana, una vez más cualquiera sean sus limites y su porvenir inmediato, confirman que la burguesía deberá sobretodo derrotar los obreros sobre el terreno de la lucha de clases, sobre el terreno económico e imponerles una derrota física con una represión masiva. La burguesía lleva a la vez dos guerras que solo pueden agravarse : una contra sus rivales imperialistas y la otra contra el proletariado. El reto final – histórico – es el siguiente : revolución proletaria o guerra imperialista generalizada (con el riesgo que la humanidad sea aniquilada para siempre).
Ante el terror capitalista, los obreros de Bélgica muestran el camino :
_ ¡ No a la unión nacional ! ¡ No al terrorismo y a las guerras imperialistas !
¡ Sí a la lucha de clase ! ¡ Solidaridad activa con los huelgistas ! ¡ Rechacemos la austeridad y los sacrificios !
¡ Abajo el capitalismo, su miseria y sus guerras ! ¡ No a la guerra imperialista generalizada !
El Grupo Internacional de la izquierda Comunista, 23 de Noviembre 2015.
Post-scriptum del 26 de noviembre :
Desde la mañana de este lunes – y a nuestro conocimiento –, la censure de los medios de comunicación internacionales has sido total sobre estas huelgas y los sitios web de los periódicos belgas han bloqueado cualquier información desde la tarde. Obviamente, una vez la Jornada de Acción sindical terminada, las huelgas no fueron reconducidas el martes. En sí, el retorno al trabajo y el control global de los sindicatos (aun cuando no pudieron anular la Jornada de Acción) marcan los limites de estas huelgas como lo intuíamos en nuestra toma de posición. Por lo tanto, en el contexto de propaganda nacionalista y guerrero que está prevaleciendo actualmente al plano internacional y particularmente en Bélgica, su significado – la afirmación de los intereses de clase al detrimento de las llamadas a la unidad nacional y al abandono del combate obrero – no ha disminuido. La mañana de este lunes, tan limitadas fueran estas huelgas, los trabajadores en lucha en Bélgica mostrarón la vía por seguir en el nuevo periodo que ve la burguesía más y más encajarse en las guerras imperialistas.
Notas:
[1] . http://www.7sur7.be/7s7/fr/1502/Belgique/article/detail/2533535/2015/11/23/Le-mouvement-de-greve-tres-largement-suivi-a-Charleroi.dhtml
[3] . que no apuntan específicamente al terrorismo pero a la ’seguridad del Estado’ y, pues, cualquier movilización obrera importante.