Revolución o Guerra n°6

(Septiembre 2016)

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Comunicado del GIIC (16 de Julio 2016) : Después el atentado de Niza y el intento de golpe militar en Turquía : Explosiones de las contradicciones del capitalismo mundial

[Advertencia : este texto ha sido traducido por un compañero de Francia y no se pudo corregirlo, ni siquiera verificarlo, por un compañero nativo hispánico. Entonces, más allá de su posible "pesada" legibilidad, si el lector encuentra alguna confusión política o error, lo/la llamamos a referirse a la versión francesa]

El atentado de Niza (84 muertos) de anteayer y el golpe militar en Turquía de esta noche (al parecer derrotado a la hora en que estamos escribiendo) son las últimas manifestaciones, después el Brexit británico de hace tres semanas, de la exacerbación de las contradicciones del capitalismo y de su estallido abierto en múltiples acontecimientos de mayor importancia. En apariencia, « el golpe de estado [en Turquía], como los atentados del Estado islámico, como el voto británico para salir de la Unión Europea y demás desarrollos dejaron la impresión de acontecimientos escapándose de cualquier control » (The Guardian [1], 16/7/2016).

Pero no es así. Todos estos acontecimientos son el producto, directo o indirecto, de la dinámica y de las leyes del capitalismo en crisis y, a su turno, se vuelven factores adicionales de esta crisis histórica. En este sentido, son las últimas expresiones del nuevo periodo que los atentados de Charlie Hebdo de enero 2015 en París y, sobretodo, la reacción de la clase dominante en aquella ocasión (estado de emergencia todavía vigente hoy, manifestación callejera del 11 de enero detrás los principales jefes de Estado, relanzamiento de las intervenciones militares en Irak y Siria), habían anunciado.

El imperialismo y la guerra dictan las decisiones de la clase capitalista

La incapacidad para sobrepasar la crisis de 2008 y sus consecuencias hace que la crisis histórica del capitalismo viene a golpear directamente su centro y las fracciones las más experimentadas de la burguesía mundial. En primer lugar, el mantenimiento de la crisis abierta en el seno de las grandes potencias de América del Norte y de Europa Occidental y el colapso del mito de un posible relevo económico viniendo de los países llamados emergentes tales China o Brasil, han vuelto las rivalidades económicas e imperialistas más agudas y críticas : cada capital nacional está más y más ’con pánico’ para su propia supervivencia. Así las rivalidades y las guerras imperialistas se vuelven el factor principal, con los ataques contra la clase obrera, que dictan la conducta y las decisiones de cada capital nacional. Los Estados Unidos que retroceden en todos los planes, económicos e imperialistas, son los principales buscaguerras ya que su fuerza militar queda el principal, si no es el único, medio eficaz [2]. Pero va lo mismo para todas la demás burguesías nacionales, sean grandes, medianas o pequeñas.

La agudeza de las contradicciones capitalistas : causa principal del Brexit y del golpe de Estado en Turquía

Aun cuando todavía no tenemos, a la hora en que estamos escribiendo, las informaciones y la distancia necesarias para establecer un análisis preciso del golpe militar turco, no cabe duda que la orientación de la política exterior del país es uno de sus retos ; cualquiera sea la conciencia de sus protagonistas : « los militares no quieren ser enviados sobre el terreno en Siria (…). Y quieren intensificar la lucha contra el PKK [el partido kurdo activo en Siria y apoyado por los Estados Unidos] » (ídem [3]). Aun derrotado, el golpe de Estado en Turquía es un acontecimiento mayor por el lugar y el papel geoestratégico del país, es el secundo ejercito de la OTAN después los Estados Unidos, que expresa que el tiempo de las opciones netas se acerca e incluso empieza : alinearse al lado de los Estados Unidos que apoyan al enemigo kurdo ; o buscar respaldos de potencias que ofrecen una alternativa más favorable. Para los especialistas de la burguesía, la dimensión imperialista del acontecimiento es evidente : « cualquiera sea la nueva realidad que emerge en Ankara este fin de semana, no es una buena noticia para los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN » (Washington Post, P. DeYoung, 15/7/2016, 23h15). La diferencia de tono entre Obama quien « llama a apoyar el presidente Erdogan » y Merkel quien « condena el golpe pero se distancia de Erdogan » (Le Monde, 16/7/2016) da una indicación de los retos y contradicciones de la política exterior de la Turquía que expresa, al menos por parte, el golpe militar de anoche.

Más importante aún y más lleno de significados y consecuencias en cuanto al curso de los acontecimientos históricos y a los retos del periodo abierto a partir de 2015, es el caso de la burguesía británica y su ruptura con la Unión Europea. Que fuese querido o no por el conjunto de la burguesía inglesa, el Brexit [4] significa, aún más que el ejemplo turco, que la hora está efectivamente a las opciones tajantes y definitivas ante los retos históricos. La burguesía inglesa es la más experimentada del mundo y puede resultar extraño que apareciera como particularmente desorientada después el resultado del referéndum. Es muy probable que fracciones en su seno no querían dar este paso – salir de la Unión Europea – en este momento. Incluso que sea contrario a algunos intereses económicos inmediatos.

Por lo tanto, unas tres semanas después, aparece claramente con el nuevo gobierno de T. May que la burguesía inglesa va a asumir completamente la salida de la UE y que presenta una actitud de desafío, e incluso de provocación, ante esta última. Lo manifiesta el nominación de Boris Johnson como ministro quien, sin embargo, parecía muerto políticamente después su rechazo a proponerse como Primer Ministro. Esto quiere decir que la tendencia histórica de fondo del imperialismo inglés, de oposición a una Europa continental reunida hoy alrededor de la principal potencia alemana, y su alineamiento histórico al lado del imperialismo norte americano, se impone definitivamente precisamente en las condiciones contradictorias de hoy en día. El proceso llevando hacia la guerra imperialista generalizada y que pasa por una polarización imperialista cada vez más marcada se ha impuesto, tal vez más pronto que previsto, al capitalismo británico. Cualquiera sea la conciencia de los mismos políticos burgueses, les obligó a escoger definitivamente los Estados Unidos al detrimento de la Unión Europea en el curso ineluctable de las rivalidades imperialistas conduciendo hacia una 3a guerra mundial… salvo si la clase revolucionaria, el proletariado internacional, no logra oponerse al capitalismo y luego derrumbarlo.

Pues el otro factor de la situación mundial y de su curso es efectivamente la clase explotada y revolucionaria, el proletariado internacional. Por cierto, los proletarios no tienen nada que ganar, y todo a perder, en elegir entre Erdogan y los militares en Turquía. Que se inspiren de la huelga masiva de la ciudad de Bursa en la automóvil (mayo 2015), es el mejor medio para defender lo mejor posible sus intereses de clase. Asimismo es muy probable que las reticencias de una buena parte del aparato político de la burguesía inglesa para adoptar al Brexit ahora mismo, es su conciencia que el conjunto del proletariado británico no está dispuesto a aceptar sin reacción las implicaciones políticas y económicas, en cuanto a sacrificios y sumisión, que implica el Brexit. La burguesía inglesa toma un riesgo presentándose tan pronto tan "anti-europea" y "pro-americana". Así desvela su sentido ante los ojos de muchos : la guerra generalizada a plazo. He aquí una otra contradicción fundamental, política e histórica : la burguesía mundial presionada por la crisis y la guerra al mismo tiempo, no puede jugar de uno de los dos elementos para confrontar y alistar ideológicamente el proletariado, en nombre de la paz o en nombre de la prosperidad por venir, mientras está forzada de atacarlo cada vez más duro.

Gran Bretaña, Francia y Europa occidental al centro de las contradicciones del capitalismo mundial

Después haber sido rechazadas durante décadas sobre los países de la periferia lo esencial de sus consecuencias, todas las contradicciones del capitalismo vuelven a golpear directamente su corazón histórico. Europa occidental, particularmente las viejas potencias coloniales como Francia y Gran Bretaña, se encuentra en el epicentro del huracán histórico que viene y cuyas primeras ráfagas de viento ya se hacen sentir : crisis y guerras se alimentan cada una mientras la clase obrera tiende a oponerse al capital, a su crisis, y mientras unas de sus fracciones entre las más combativas y conscientes empiezan a plantear la necesidad de destruir el capitalismo – como la clase obrera lo acaba de demostrar en Francia durante la lucha "contra la ley trabajo El Khomri".

Las burguesías inglesa y francesa, históricamente declinantes, resienten y viven aun más directamente y duramente la explosión abierta de todas esas contradicciones porque tienen un impacto inmediato sobre su capacidad a quedarse un mínimo actores, aun de secundo orden (en relación con los USA, Alemania y aun, a un grado menor, con China y Rusia) en el escenario imperialista. Y esto mientras, a diferencia de otros actores como los Estados Unidos por ejemplo, el peso de las tradiciones y experiencias de lucha de su proletariado respectivo, como del proletariado europeo en general, continua representando un peligro y un obstáculo.

« No puede haber un contraste más grande entre una sociedad como la francesa, rota internamente por el auge del populismo del Frente Nacional de Marine Le Pen, los conflictos laborales y las amargas pugnas políticas [el periodista español se refiere a los 4 meses de lucha y manifestaciones obreras, violentamente reprimidas, contra la ley trabajo] tanto dentro de la izquierda como de la derecha, y la seriedad del desafío terrorista que enfrenta. Este ensañamiento del yihadismo con Francia tiene que ver con el legado exterior de Francia —potencia colonial en toda la región, desde Marruecos hasta Siria— pero también con los problemas de integración de la minoría musulmana y la condición del país como emblema del laicismo y los valores republicanos. » (El País, José Ignacio Torreblanca, 15 de Julio 2016, subrayamos).

Efectivamente, la burguesía francesa se encuentra, por su historia como vieja potencia imperialista declinante, particularmente expuesta a la explosión de las contradicciones del capitalismo. Rivalizando con mucha dificultad con sus competidores directos al plano económico, obligada a alinearse como simple teniente de Alemania al plano imperialista, intenta mal que bien mantener su rango y limitar su perdida de influencia histórica por medio de sus intervenciones militares en África y Medio Oriente. Pero históricamente, se encuentra también confrontada con una clase obrera que, aun cuando ha sufrido retrocesos importantes a lo largo de las últimas décadas, ha guardado une combatividad y una experiencia particular proviniendo de la huelga masiva de 1968 que se queda en todas la memorias obreras.

También para la burguesía francesa, crisis y guerra se presentan directamente y concretamente, sin duda más directamente aún que para sus colegas europeas, y de manera particularmente aguda. Esto debilita su capacidad ideológica y política para enfrentar el proletariado. Sin duda es lo que explica la violencia, inédita desde mucho tiempo, de la represión de las manifestaciones y huelgas de la primavera. Lo que a su turno se volvió un factor de ’radicalización política’ entre amplias capas del proletariado en este país.

El papel histórico de las minorías de proletarios combativos y conscientes y del partido comunista internacional

Si es cierto que el periodo abierto en 2015 obliga la clases dominantes a elecciones económicas, políticas, imperialistas, cada vez más tajantes, pasa lo mismo para la clase obrera, sus fracciones las más combativas y experimentadas y sus minorías políticas revolucionarias. Para las unas como para las otras, el ’término medio puede aplicarse cada vez menos’ hoy en día al riesgo de serias turbaciones. La consciencia que el capitalismo no es reformable y que lleva a cada vez más miserias, a los sacrificios y a las guerras, vuelve a extenderse entre las filas obreras. Es la enseñanza principal que se puede sacar de la lucha obrera en Francia de esta primavera. El retorno en las consciencias obreras, tan confusas sean, de la necesidad de la destrucción del capitalismo y de la posibilidad de otra sociedad se vuelve un factor de voluntad y determinación en la lucha así como de los medios y consignas inmediatas por avanzar. El que la guerra, al igual que la crisis, se vuelve un hecho concreto afectando a las masas obreras, acompañado por la represión creciente, evidencia ante los ojos y las consciencias de muchos la dimensión esencialmente política del combate de clase. Porque, en la situación de hoy en día, este se confronta directamente e inmediatamente al aparato del Estado capitalista. También a este nivel, el estallido de las contradicciones del capitalismo pone al desnudo los antagonismos de clases en todas sus dimensiones y en particular en la relación del proletariado revolucionario con el Estado de la clase capitalista.

Para las fracciones las más combativas y determinadas de proletarios, la hora está al reagrupamiento decidido en las empresas, en los lugares de trabajo, y si no es posible, en los comités de lucha o de acción entre empresas y lugares de trabajo. Se trata de asumir el liderazgo de los combates de clase, de organizarlos – huelgas y manifestaciones callejeras – de modo que asumen la confrontación política contra las fuerzas del Estado burgués en medio obrero, partidos de izquierda y sindicatos, y luchen para el control y la dirección de su lucha mientras aseguran la oposición contra la represión masiva y particularmente violenta del Estado. Ya que la respuesta y el enfrentamiento con la violencia estatal burgués se vuelve una cuestión central y directa para las grandes masas del proletariado, incluso y sobre todo en los países llamados ’democráticos’. Asimismo, no deben vacilar para contactar los grupos políticos revolucionarios y comunistas y apoyarse sobre sus posiciones políticas ; y discutir con ellos con miras a reagrupar todas las energías revolucionarias alrededor del programa comunista y de las consignas de insurrección obrera, de destrucción del capitalismo y de dictadura del proletariado que, solos, proporcionan los medios y el método para los combates del periodo que se ha abierto.

Para las minorías comunistas, es tiempo de acabar con las vacilaciones en cuanto a la capacidad revolucionaria del proletariado ante los retos de la situación que se abre. La perdida de confianza en la perspectiva revolucionaria que afectó toda la clase obrera desde el derrumbe del estalinismo, ha favorecido y se ha traducido en une pérdida de confianza en las capacidades revolucionarias del proletariado entre los militantes y organizaciones revolucionarias y comunistas. Las organizaciones de la Izquierda Comunista también han sufrido de esto hasta el punto que se encuentra hoy en día más dispersas y aún más aisladas de las grandes masas de la clase. Además, están divididas entre las fuerzas que obran más o menos de manera decidida para el reagrupamiento con miras a la constitución del partido mundial de mañana y las fuerzas, a menudo más numerosas, que dan la espalda a este combate y se unen más o menos explícitamente al medio anti-partido de tipo consejista o economista – para referirnos a corrientes anti-políticos y anti-organización de la experiencia e historia del movimiento obrero.

Las primeras, luchando por el partido, son ellas-mismas demasiado a menudo vacilantes y timoratas – políticamente por cierto – para comprometerse de manera decidida en este combate para el partido y el reagrupamiento por medio de confrontaciones y debates políticos con las demás organizaciones y corrientes. A menudo, no siempre, faltan de confianza, de determinación y de convicción políticas en cuanto a su papel y a lo que representan históricamente – ’seamos realistas, somos nada y tan pequeños’ se nos dice con frecuencia como si ser pequeños y débiles cambiara algo a los problemas históricos. Los segundos dan la espalda a la dimensión política del combate de clase y a sus implicaciones tan para la clase como un todo que para los comunistas : por una parte, caen en las trampas e ilusiones ’democráticas’ avanzadas por la burguesía, como por ejemplo cayendo en el fetichismo de la asamblea general (después la apología de la ideología del movimiento de los indignados en España, lo vimos de nuevo durante la organización de las ’nuit debout’ [noche de pie] en París) ; por otra parte, analizando que los grupos de la Izquierda Comunista, su tradición y su combate por el partido pertenecen al pasado y que se debe liberarse de ellos.

Aquí también, la hora no está al cuestionarse sobre la necesidad del reagrupamiento revolucionario y de las organizaciones comunistas ; aún menos del partido. Al igual que la ideología ciudadana y republicana de ’nuit debout’ ha pasado al segundo plano a partir del mes de mayo en Francia detrás de las huelgas y de los enfrentamientos con el Estado y su policía, la hora no está a desenterrar los supuestos fracasos del pasado pero al combate decidido para asumir la lucha política histórica del proletariado de la cual la organización comunista es la herramienta principal e indispensable.

« Necesitamos crear un movimiento que unifique todos aquellos quienes puedan comprender los problemas que tratamos aquí. Este movimiento (o partido) debe ser guiado por una visión clara de la sociedad que queremos. Lo llamaremos "el programa comunista". (…) Hoy en día, hay muchos grupos e individuos en el mundo quienes, como nosotros, defienden esto ; pero, estamos sea demasiado dispersados, sea demasiado divididos para tomar la iniciativa de formar tal movimiento unificado. Algunos se oponen, por principio, a la formación de tal movimiento porque piensan que el movimiento espontáneo se basta a sí mismo. Nos gustaría compartir su confianza.

Pensamos que los revolucionarios responsables deberían reexaminar sus divergencias y preguntarse si, a la luz de este periodo de la lucha de clase que empieza, las divisiones que pensaban tener hasta ahora persisten. Deberíamos buscar a trabajar juntos en las luchas, no simplemente para reclutar tal o tal individuo para nuestra propia organización, pero para tratar de ampliar la consciencia de lo que significa realmente la lucha de la clase obrera. Ante los obstáculos que subrayamos arriba, no hacerlo sería suicidario » (Editorial de Revolutionary Perspectives #59, publicación de la TCI en Gran Bretaña, 2011, traducido por nosotros).

El Grupo Internacional de la Izquierda Comunista (Revolución o Guerra), 16 de Julio 2016.

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Notas:

[1. El diario inglés cita un especialista, Kemal Kirisci, director del Turkey Project at Brookings.

[2. « La economía americana, lejos de haber sobrepasado esta crisis devastadora que ella-misma había provocado, sobrevive a sus males rechazando sus efectos negativos a los cuatro rincones del mercado mundial. Está en guerra permanente sobre diferentes frentes internacionales, de África a Medio-Oriente, aun cuando la administración Obama prefiere actuar indirectamente utilizando el "soft power" y los financiamientos para las fuerzas políticas que participan a las diferentes guerras civiles que ella misma ha provocado. Combate en los mercados financieros para que el dólar pueda seguir siendo la divisa dominante y un refugio tranquilizador para la especulación. Pero, a pesar del desembolso de 3300 de billones de dolares al servicio de los bancos, el capital no se dirige hacia la economía real que tiene dificultades para relanzarse. La especulación está todavía aquí, la deuda pública aumenta (130%), el déficit federal es de 15 000 billones de dolares, el desempleo es al menos el doble de la cifra oficial, 6.2%, y el riesgo de explosiones de nuevas burbujas especulativas está al orden del día » (traducido por nosotros del italiano del artículo de la TCI que acaba de ser publicado sobre su sitio web : http://www.leftcom.org/it/articles/2016-07-15/considerazioni-sui-fatti-di-dallas).

[3. El diario inglés cita a Stephen Flanagan antiguo consejero del gobierno Obama y hoy especialista en la Rand corporation.