Revolución o guerra n°29

(enero 2025)

InicioVersión para imprimir de este documento Versión imprimir

Reunión pública del “Groupe révolutionnaire internationaliste” (TCI) en París

El pasado mes de noviembre se celebró en París una reunión pública organizada por el grupo de la Tendencia comunista internationalista (TCI) en Francia. Los lectores que deseen hacerse una idea completa de los debates que tuvieron lugar pueden consultar el informe del GRI [1], que ofrece un muy buen resumen del contenido de las discusiones. Y si desean comprobarlo o completarlo, también pueden leer el artículo [2] que le dedicó la CCI y que, a su vez, da cuenta correcta – aunque obviamente desde su propio punto de vista – de la discusión. Por consiguiente, no nos detendremos aquí en el contenido de los debates, sino más bien en la significación y las lecciones políticas de esta reunión para el campo proletario en Francia y sus simpatizantes, quienes fueron relativamente numerosos.

A diferencia de anteriores reuniones públicas organizadas por el GRI-TCI, la delegación de la CCI no había venido a sabotear la reunión. Fue un giro de 180 grados, que subrayamos y acogimos con satisfacción al final de la reunión. De este modo, como escribe el GRI, “el debate se desarrolló en un ambiente fraternal que permitió a cada uno defender sus posiciones y distinguir los puntos de acuerdo y de divergencia entre las diferentes organizaciones”, es decir, la TCI, la CCI, el PCI-Le Prolétaire y el GIIC. Para nosotros, el resultado político de esta reunión reside en la forma en que se celebró y en sus implicaciones: al no ceder al sabotaje previo de la CCI y al seguir asegurando una presencia política en París, la TCI abre un espacio político proletario sin exclusiva y al que puede acudir cualquier elemento revolucionario “en busca”. Y donde las principales organizaciones del campo proletario pueden confrontar, y por tanto clarificar, sus posiciones respectivas. Este es el punto esencial que queremos subrayar.

Luego, la discusión sobre la cuestión nacional, el apoyo al nacionalismo palestino o al internacionalismo proletario, delimitó claramente dos campos, el PCI por un lado, la TCI, la CCI y el GIIC por otro. Por otra parte, la posición marxista sobre la marcha hacia la guerra imperialista generalizada hoy en día, o sobre la alternativa histórica de revolución o guerra, enfrentó al PCI, la TCI y el GIIC con la misma claridad contra la posición oportunista de la CCI, según la cual la alternativa ya no existe y la guerra generalizada es imposible hoy en día debido a la descomposición. Vale la pena señalar de paso que tuvimos que insistir para que la CCI defendiera su posición sobre el tema, a pesar de que sus intervenciones buscaban, por decir lo menos, “ahogar el pez” y evitar la confrontación política, mediante grandes declamaciones abstractas sobre el internacionalismo proletario que insistían mucho en su “acuerdo” con la TCI.

El último punto se refiere a los puntos fuertes y débiles del campo proletario y a sus dinámicas respectivas, tal y como se han puesto de manifiesto en esta reunión. La voluntad de búsqueda política y de coherencia por parte de un cierto número de camaradas “jóvenes”, la voluntad y la capacidad de la TCI de celebrar reuniones públicas, el apoyo y la ayuda aportados por el GIIC, así como la presencia activa del PCI, obligan a la CCI a someterse al debate y a la confrontación política. Al hacerlo, se expone a volver más agudas sus contradicciones políticas entre su posición sobre la situación histórica actual – negando cualquier riesgo de guerra imperialista generalizada – y la realidad del curso efectivo de los acontecimientos; y entre su teoría sobre el parasitismo – ligada a la descomposición – y su participación en estas reuniones.

Sobre esto, y en la medida en que el GIIC se encuentra entre los más convencidos de la dinámica actual hacia la guerra imperialista generalizada, de hecho la CCI se vió obligada a responder y a debatir con el llamado parasitismo. Le resulta un callejón sin salida, como ilustra la última parte de su artículo sobre la reunión.

“El individuo J. [nuestro delegado en la reunión] participó en el debate de forma clara y dinámica, (...) hizo unas intervenciones muy buenas que permitieron que la reflexión colectiva avanzara. Es cierto que J. fue elocuente, que sus intervenciones fueron brillantes... (...) Pero las apariencias engañan.” [3] Y como prueba del engaño, una nueva acusación, inédita: “J. empezó a reírse de un compañero porque sabía que éste acababa de tener una experiencia cercana a la muerte debido a un infarto, alegrándose de su desgracia.” ¿Patético o alucinante? ¡Los dos, mi capitán!

Resumiendo. He aquí a alguien quien, con todos los miembros de la ex-Fracción interna de la CCI, ha sido denunciado por la CCI durante 24 años como policía, agente provocador, gángster, ladrón, lumpen, nazi, estalinista, etc., que participa activamente, “de forma clara y dinámica”, elocuente y brillantemente, y que permite “que la reflexión colectiva avanzara”. Ahora la CCI profundiza la cuestión “teórica” del parasitismo: ¡puede incluso tener un efecto positivo para el proletariado! Es fácil comprender por qué la CCI nos prohibe asistir a sus reuniones públicas y por qué intentaba disuadir a la TCI de celebrar unas en París. El enfrentamiento político abierto la precipita en una situación que se le hace inextricable.

El GIIC, diciembre 2024

Inicio