Número especial sobre el campo proletario y su devenir - Julio 2019 |
Inicio | Versión imprimir |
Se inicia la batalla por la reconfiguración del campo proletario, del "partido en devenir".
Esta revista es un número especial dedicado enteramente a la situación del campo proletario, es decir de las fuerzas políticas revolucionarias que se reivindican de la Izquierda Comunista Internacional. Retomaremos el hilo normal de nuestra revista y su frecuencia en octubre con un sumario más equilibrado que tratará de responder tanto a la situación como a las cuestiones a las cuales se enfrenta el proletariado internacional en sus luchas y los debates políticos y teóricos dentro de este campo que constituye, de hecho, el partido comunista mundial en devenir.
Se inicia la batalla por la reconfiguración del campo proletario, del partido en devenir.
¿Por qué dedicar un número entero de nuestra revista al estado de las fuerzas comunistas cuya influencia e impacto en la situación inmediata parecen tan débiles? Por un lado, porque como expresiones las más elevadas de la conciencia de clase [1], los grupos de la Izquierda Comunista Internacional son un elemento, producto y factor, de la situación mundial, de la evolución de la relación de fuerzas entre las clases. Que su influencia directa en las luchas proletarias y en la situación sea más o menos importante, a menudo insignificante a primera vista, no cambia el hecho de que son una expresión de la realidad de esta relación de fuerzas. Por otro lado, porque después de décadas de conformación (relativamente) estable, se está llevando a cabo una re-configuración del campo proletario con el surgimiento de una nueva generación y nuevas fuerzas comunistas y con el relativo agotamiento de la vieja generación y de los grupos políticos que se habían desarrollado después de 1968.
La situación histórica actual, desde la crisis de 2008 y la exacerbación de las contradicciones capitalistas a todos los niveles, sobre todo a los de las rivalidades imperialistas y de los antagonismos de clase, también presiona cada vez más a este medio, en particular a sus fuerzas más dinámicas, a las partidistas que se insertan en la lucha histórica por el partido y el ejercicio político de la dictadura del proletariado. Exige más y mejor de estas fuerzas. Las confronta con sus responsabilidades. Pone de relieve sus puntos débiles y sus deficiencias. Y alienta el surgimiento de nuevas fuerzas y energías revolucionarias que buscan y encuentran en la Izquierda comunista una coherencia teórica y política y un marco programático para su compromiso. Así surgió en España Nuevo Curso [2], defendiendo brillantemente las posiciones de clase, desbordante de dinamismo – su blog publica prácticamente una toma de posición al día –, con un planteamiento político particular. Tras este, dirigidos y animados por su dinamismo, especialmente en España y en el continente americano, Sur y Norte, jóvenes militantes y grupos comenzaron a discutir y a reunirse. Una verdadera dinámica de discusión y reagrupamiento se desarrolló entonces especialmente en torno a grupos, entre otros, como Workers Offensive [3] y el Gulf Coast Communist Fraction [4]. Es muy natural que esta nueva generación de militantes sin experiencia se dirigiera hacia la Izquierda comunista internacional, y especialmente a su principal organización, la Tendencia Comunista Internacionalista (y en menor medida a nuestro propio grupo). Otros jóvenes camaradas de Estados Unidos también se han acercado a la llamada corriente "bordiguista" uniéndose a uno de sus grupos. Pero a su vez, como expresiones particulares del desarrollo de la situación, estas nuevas fuerzas interpelan y cuestionan a los grupos y corrientes históricas del campo proletario, poniéndolos directa y concretamente ante su responsabilidad y poniéndolos a prueba.
Dentro de este campo proletario, la llamada corriente "bordiguista" se dispersó en una multitud de pequeños grupos desde la explosión del Partido Comunista Internacional-Programa comunista a principios de la década de 1980. Las razones fundamentales para ello, más allá de las circunstancias inmediatas de la crisis organizativa de aquel época, se debían a la inadecuación de sus posiciones políticas básicas – apoyo a las luchas de liberación nacional, defensa del sindicato rojo... La Corriente Comunista Internacional entró abiertamente en un proceso oportunista desde al menos 2001, revisando una tras una sus posiciones básicas y el marxismo. Hoy en día, estas dos corrientes no pueden, por razones diferentes, y particularmente la CCI, responder a los cuestionamientos, necesidades y exigencias legítimas de las generaciones más jóvenes. Si los grupos más vinculados con la tradición de la llamada Izquierda "holandesa" – no siempre son consejistas – habían podido sobrevivir o incluso emerger, después de finales de los años sesenta, ahora han desaparecido y, de hecho, su marco programático no les permitía servir de polo en torno al cual nuevas fuerzas y, más ampliamente, el campo en su conjunto, se pudieran articular, o incluso reagruparse.
Hasta la fecha, sólo la TCI podía, y todavía puede, constituir este punto de referencia histórico, político y organizativo en torno al cual el resto del campo, del partido en devenir, puede y debe reunirse. Este punto – que venimos defendiendo desde nuestra constitución – es tanto más difícil de hacer prevalecer y comprender cuanto que la propia TCI se muestra muy reacia a asumir este papel, y a veces incluso le da la espalda. Sin embargo, este papel, este lugar, le es otorgado por la historia tanto por el vínculo orgánico directo – aunque ahora tenue – con el Partido Comunista de Italia desde su fundación como por el mero estado de las otras corrientes de la Izquierda Comunista. Por nuestra parte, no tenemos ni este vínculo orgánico, ni el corpus programático, ni la legitimidad y autoridad políticas, mucho menos la organización material – de la cual el número de miembros es sólo un aspecto – para poder reivindicar tal papel [5]. Reclamarlo hoy sería un error político que sólo podría dividir aún más este campo, dificultar su reagrupación y unidad en proceso, y desorientar a las nuevas generaciones y grupos.
Desafortunadamente, en lugar de fomentar el desarrollo de un medio abierto al debate y a la confrontación política, la política de reagrupamiento de la TCI en América del Norte se ha reducido muy rápidamente y se ha centrado sólo en estos elementos que ha pensado que podía integrar rápidamente en sus filas. Esta política fue incluso reivindicada en un artículo de la CWO en noviembre de 2018, en el punto más álgido de los debates que se estaban llevando a cabo en este nuevo medio :
« En todo el mundo está claro que toda una nueva generación está llegando a las posiciones de la Izquierda Comunista y planteando nuevos retos para organizaciones como la TCI. Establecer una posición revolucionaria clara aplicando el marxismo a la realidad contemporánea es nuestro punto de partida, pero no podemos limitarnos a eso. Como dijo Onorato Damen, "la política revolucionaria no puede limitarse a la de una máquina de escribir". Este no es el momento para fracciones o círculos de discusión. Es hora de formar núcleos de revolucionarios en todas partes y de reunirlos en la creación de un partido internacional e internacionalista en preparación para los inevitables conflictos de clase del futuro » (The Significance of the German Revolution [6], traducimos y subrayamos).
De este modo, cortó el proceso abierto de debate político y clarificación que debería haberse desarrollado. Y abandonó a los camaradas y círculos que parecían no compartir todas sus posiciones, provocando a cambio un rechazo por parte de ellos de la propia TCI que ahora tenemos la mayor dificultad para combatir. La naturaleza aborrece el vacío. Es en este espacio liberado por la TCI y que nadie podía ocupar en su lugar, ni siquiera nosotros, que las principales fuerzas antipartidistas del momento, quienes abogan por la lucha contra la descomposición y el parasitismo, la CCI y su satélite en parasitismo, Internationalist Voice, se apresuraron a introducirse para contaminar la reflexión y el trabajo de re-apropiación de estos jóvenes compañeros con medio del veneno destructivo, destruyendo los grupos comunistas y las convicciones políticas de los militantes, de la teoría del parasitismo.
Por lo tanto, nos encontramos en un momento decisivo de la lucha histórica por el partido, ciertamente en una etapa temprana de su proceso, cuyo resultado puede allanar el camino para el establecimiento de un campo proletario dinámico y renovado que tienda a su unidad o a una recaída en la división y el sectarismo. Fue precisamente en este momento crucial cuando Nuevo Curso-Emancipación celebró su 1o Congreso mientras nuestro grupo celebraba su 2a Reunión General. Publicamos extractos del informe de actividades que adoptamos y que hemos concebido tanto como un informe de actividades del GIIC como del campo proletario como un todo. En particular, trata de advertir a todas las fuerzas partidistas, viejas y nuevas, a nosotros mismos por supuesto, pero también y sobre todo a la TCI, contra el peligro del espíritu de círculo, en particular tal como se expresa hoy en día a través de las redes sociales y de Internet, que obstaculiza el desarrollo del partido en devenir. El 1o Congreso de Emancipación marca su constitución como grupo político pleno – lo que es positivo y que acogemos con satisfacción – pero también adoptó una posición, sin duda prematura, ¡que reivindica una continuidad histórica con la... 4ª Internacional! Al mismo tiempo, el GCCF elaboró nuevos Puntos de Unidad, publicados aquí, tras el debate en el que participamos [7] sobre su primera plataforma, a pesar de que era el blanco principal de la ofensiva sobre el parasitismo de la CCI.
Finalmente, y en la medida en que la lucha por el partido y el reagrupamiento es también una lucha contra el oportunismo, publicamos una carta a Internationalist Voice exigiendo que este grupo aclare su actitud en el campo proletario y nuestra posición sobre el 23º Congreso de la CCI. La acompañamos con un texto de la Fracción Interna de la CCI de 2005 publicado en su boletín #30, en el que se critica la teoría de la descomposición y se esboza el vínculo entre ésta y la llamada lucha contra el clanismo y el parasitismo.
A las nuevas fuerzas : el campo proletario es también un campo de confrontación entre fuerzas opuestas debido a la constante penetración del oportunismo político. A todos : las fuerzas implicadas, una izquierda que todavía vacila y se busca a sí misma y una derecha oportunista y sectaria intentando de contaminar a todos con la lucha contra los parásitos, vienen identificadas. Nadie podrá escaparse de la batalla que se está lanzando. Pues mejor abordarla con determinación y decisión.
Notas:
[1] . No podemos explicar aquí este punto que se refiere a la relación entre la conciencia de clase y el partido, por un lado, y el alcance de esta conciencia en la clase proletaria, por otro. (ver por ejemplo en francés (o inglés): http://www.igcl.org/Sur-la-conscience-de-classe et http://www.igcl.org/Sur-la-Conscience-de-classe-2e-266). Ambos no fueron traducidos al español.
[5] . Lo mismo se aplica a otros grupos o círculos, como Robin Goodfellow o A Free Retriever Digest, con diferentes posiciones y orígenes que afirman ser parte de la izquierda comunista y que, de hecho y en nuestra opinión, participan activamente ’a su manera’ y positivamente en la lucha histórica por el partido.
[7] . Carta del GIIC (en inglés), octubre 2018.