La CCI de la "cultura del debate" acaba de censurar la intervención de uno de nuestros miembros en su foro de discusión (únicamente en idioma inglés [1]). En sí, el hecho es hoy insignificante y no hace sino confirmar la deriva política probablemente irreversible de esta organización. Nada más queremos informar al conjunto de nuestros lectores y al campo revolucionario.
Es con el fin de intentar devolver los participantes sobre el terreno político y alejarles del terreno psicológico propio de la CCI, y en la medida que eramos mencionados [2], que uno de nuestros miembros intervino (claro sin esconder que era miembro del GIIC). Reproducimos a continuación el "post" de nuestro camarada Stavros para que cada uno pueda juzgar de nuestra actitud y política :

« Hello Fred, Alf y otros simpatizantes/miembros de la CCI.
Pensamos que sobre-psicologizáis la cuestión. Es un planteamiento que retomáis de la CCI actual. No somos "enfadados" con Pale Blue Jade, no "queremos" la TCI y no tenemos ninguno "enojo" con la CCI. Nuestras posiciones se basan sobre argumentos políticos a los cuales nunca respondió la CCI y que os invitamos a considerar de manera crítica. Os animamos a leer nuestros artículos y a reflexionar sobre nuestros análisis, particularmente sobre la situación histórica y sobre lo que llamamos el "curso histórico" así como sobre nuestras intervenciones en las luchas obreras. Os sugerimos que os enfoquéis sobre los argumentos políticos y os quedéis alejados del terreno psicológico y moralista que no es más que una excusa para evitar el verdadero debate y rechazar cualquier argumentación bajo el pretexto que los que los expresan, "odian" a la CCI y son animados por animosidad personal.
Saludos fraternales, Stavros por el GIIC. »

La CCI decidió censurar la intervención de nuestro compañero decretando la prohibición de nuestro grupo (constituido en 2013 y cuya mayoría de los militantes nunca fueron miembros de la CCI) a sus reuniones públicas y sobre su foro. Pero poco importa los pretextos para la CCI, el objeto principal es sobre todo evitar la confrontación política seria e ignorar las críticas argumentadas. Al hacerlo, y si uno se coloca del punto de vista proletario, esta política de censura que vuelve a negar la realidad del campo proletario de hoy, no puede sino debilitar aún más las últimas fuerzas vivas de esta organización, y sobre todo sus simpatizantes, jóvenes y menos jóvenes. Su trayectoria no es más que una lenta agonía con una deriva oportunista de índole idealista y consejista en cuanto a las posiciones políticas (uno puede leer nuestra toma de posición política sobre el 20e congreso de la CCI en Revolución o Guerra #1); y, a nivel organizativo, con la liquidación de su prensa, la atonía de sus secciones territoriales que no intervienen más, o tan poco, y de desmoralización y dimisiones de miembros antiguos y jóvenes.
Ningún odio, ningún enojo, ningunos resentimientos personales en nuestra constatación política como grupo comunista, o sea como cuerpo colectivo, organizado y centralizado a nivel internacional : nada más una postura política basada sobre hechos materiales reales (las tomas de posición de la CCI actual y su actividad real). Que seamos obligados de repetirlo tan a menudo, dice mucho de la penetración en el campo revolucionario de la ideología burguesa mirando a destruir el método de siempre del movimiento obrero hecho de debates y confrontaciones políticos. Y, en el seno del campo revolucionario, la CCI se ha precisamente vuelto el principal vehículo de esta penetración con sus teorías sobre el clanismo y los odios personales (raíces de todas las crisis organizacionales del movimiento obrero según él), sobre la moral "humana y eterna" encima de las clases [3] sobre la "indignación revolucionaria", sobre el "parasitismo", etc. Todas participan de desnaturalizar y desacreditar cualquier confrontación real de las posiciones políticas y pues cualquier "debate" real con miras a la clarificación política indispensable para el proceso que debe llevar al futuro partido comunista internacional. También sobre este terreno, el combate político contra el oportunismo queda de actualidad.

El GIIC, 5 de noviembre 2015.