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Deceso del compañero Alberto

Con enorme tristeza, nos hemos enterado del deceso del camarada Alberto. Quienes de entre nosotros le conocieron, quienes tuvieron el honor y el privilegio de luchar a su lado, e incluso tejer relaciones personales amistosas estrechas, estamos consternados.

El camarada venía de una pequeña población del estado de Oaxaca, México. Con su hermano Vic y su familia, tuvieron que exiliarse en la Ciudad de México por haberse opuesto a los pequeños caciques locales que buscaban asesinarlos -a quien conoce las novelas de B. Traven y su descripción de las relaciones casi feudales de los campos mexicanos (al menos hasta los años 1990), le será fácil comprender lo que los camaradas vivieron.

Una vez en México, Alberto y su hermano se volvieron obreros de fábrica. Confrontados directamente al capital, continuaron empeñados en luchar contra las injusticias y la miseria en diferentes círculos y grupos. Finalmente, participaron en la constitución del Grupo Proletario Internacional. Este grupo, mezcla de posiciones izquierdistas y de posiciones de clase, tomó contacto con la Corriente Comunista Internacional en los años 1980. Desde el primer encuentro, ésta insistió en que los camaradas emprendieran un proceso de discusión con el fin de rechazar las posiciones izquierdistas y poder realmente romper políticamente con el campo burgués. Uno de los 4 miembros del órgano central del GPI, Alberto, siempre discreto, hablando poco, pero decidida y tajantemente, fue quien hizo inclinar la balanza en el seno del órgano central, dividido, para que la gran mayoría de los miembros del grupo terminaran por romper con el izquierdismo y entraran en un proceso de discusión de las posiciones de la CCI. Al término de este proceso difícil y doloroso debido a la resistencia en el interior mismo del grupo (algunos de sus militantes rehusaron seguir esta vía y la ruptura fue violenta), los camaradas, alrededor de una veintena, adhirieron a la CCI y fundaron su sección territorial Revolución Mundial. Posteriormente, Alberto nos contaba cómo, durante esas intensas discusiones que duraban toda la noche (a la vez que la mayoría de los camaradas eran obreros de fábrica en condiciones de trabajo desgastantes), ¡él masticaba chiles para no dormirse y mantenerse alerta!

Desafortunadamente, dos años después, el camarada sufrió un ataque cerebral que le afectó para siempre. Al precio de esfuerzos y trámites sin fin, obtuvo una miserable pensión de incapacidad que apenas le hubiera permitido sobrervivir, si no hubiera tenido el apoyo de su familia, de su hermano Vic, y de los camaradas de la época. No recuperó sus capacidades físicas, hasta el punto de no poder expresarse y leer más que con dificultades. Sin embargo, no dejó de ser un militante activo en el seno de la CCI y era conocido en las manifestaciones de calle, por su difusión activa y militante de la prensa comunista.

Durante la crisis de la CCI de 2001, él estuvo entre los pocos camaradas de la sección mexicana que rechazaron ceder al pánico, al chantaje a la disolución de la sección, y a las innobles provocaciones y mentiras que la nueva dirección de la CCI (enviada a la localidad) ejerció de manera escandalosa sobre la sección y sus aturdidos militantes durante una conferencia “panamericana”, que quedará en la memoria de todos los que participaron en ella por su violencia y su ultranza: la sección, la segunda en importancia de la CCI, se mantenía ampliamente mayoritaria sobre las orientaciones “internas” y externas precedentes que había sido adoptadas... por unanimidad a todo lo largo de los años 1996-2001 y que eran (silenciosamente) liquidadas en nombre de la “lucha contra el sedicente clan”. Enmedio de la desbandada general y la penosa capitulación de la mayoría, Alberto fue, pues, uno de los pocos que se mantuvieron fieles a las orientaciones políticas “internas” y externas adoptadas, lo que dice mucho sobre la fuerza de sus convicciones políticas y su compromiso a pesar de su dificultad física..., en tanto que para él la ruptura con sus camaradas, y frecuentemente amigos de mucho tiempo, representaba sin duda el mayor de los sacrificios en el plano de su vida social (soledad)..

Él continúa militando como miembro de la Fracción Interna de la CCI -se le veía siempre difundir el Boletín de ésta y sus volantes en las manifestaciones, incluso ante los militantes de la CCI que le habían rechazado, calumniado y denunciado públicamente. En 2009, durante la separación entre la fracción interna y la que habría de volverse Fracción de la Izquierda Comunista Internacional, Alberto, su hermano Vic y el camarada S., se colocaron al lado del mantenimiento de la FICCI. Desafortunadamente este grupo no logró desarrollarse y los camaradas cesaron poco a poco toda actividad política. Quienes de entre nosotros le habíamos conocido, manteníamos la esperanza de verlo volver a nuestro lado en el combate por el comunismo.

Hace algunos meses nos enteramos de su nueva enfermedad, y de que no podría ganar este último combate.

Al escribir estas líneas, el redactor contiene difícilmente su emoción y sus lágrimas. Camarada Alberto, te saludamos y continuaremos tu combate, el mismo al cual tú dedicaste tu vida, el mismo del proletariado internacional y de los explotados del mundo capitalista. Numerosos son los anónimos como tú de quienes, al saludarte, saludamos la memoria. Sabemos que es así como tú considerabas tu compromismo comunista, lejos de toda personalización, de todo arribismo, de todo “ego”, en el seno de nuestra clase. Alberto, para los camaradas que tuvieron el privilegio de luchar a tu lado, es una parte de ellos mismos la que vienes a quitarles. En nuestras memorias estás, en nuestras memorias permanecerás, y alimentará nuestras convicciones y nuestro compromiso.

Al camarada Vic, su hermano, y a su familia: compartimos su pena y les damos todo nuestro apoyo fraternal.

El GIIC, 21 de Agosto 2014

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