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Huelgas en Alemania, Bélgica, Gran Bretaña: ¡la burguesía censura las luchas obreras!
Hoy mismo, 20 de octubre, el personal de Lufthansa (compañía aérea alemana) está de nuevo en huelga, tomando el relevo de la huelga de los ferrocarrileros alemanes de este fin de semana y del míercoles pasado. El hecho de que estas luchas paralicen los transportes nacionales e internacionales ha obligado a los medios de difusión de la burguesía a mencionarlos, bajo el riesgo de que, de no hacerlo, se desacreditarían completamente.
Pero, hoy mismo, 20 de octubre, ¿quién -fuera de Bélgica- pudo sabe que entre 5 a 7 mil manifestantes se han expresado ayer en Bruselas contra los efectos de la crisis? ¿Quién sabe que hoy, esta misma mañana del 20 de octubre los ferrocarrileros de Charleroi [1] están en huelga salvaje contra el sabotaje del “sindicato autónomo de los conductores de tren (SACT), [el cual] “manifiestará su descontento mediante acciones e fuerza que se llevarán a cabo en un marco legal y serán anunciadas con mucha anticipación, con el fin de que la clientela no sea tomada como rehén”, ha afirmado el domingo en la tarde, sin anticipar ninguna fecha”. (Periódico belga Le Soir, 19 de octubre, ¡es decir la víspera!). ¿Quién supo que hace ya una semana los ferrocarrileros de la región belga de Louviere se habían lanzado también a la huelga salvaje?
¿Quién ha sabido -fuera de Gran Bretaña- que la semana pasada hubo por todo el país huelgas y manifestaciones, bajo el control de los sindicatos, incluso grandes manifestaciones en las principales ciudades como Londres, Glasgow, etc.?
Los medios de difusión burgueses censuran sistemáticamente toda noticia sobre las luchas obreras. ¡No vaya a ocurrir que la huelga “salvaje”, es decir ilegal y contra los sindicatos, de los ferrocarrileros de Lieja y Charleroi se vuelva un ejemplo a seguir y sea retomada en otras partes! Por supuesto, para los medios de la burguesía es una de sus tareas; corresponde a los revolucionarios con sus débiles medios tratar de romper el muro de silencio de la propaganda burguesa, así como el muro de mentiras y deformaciones cuando la burguesía no puede ya silenciar la oposición activa de los trabajadores, en la lucha colectiva, de clase, a los efectos catastróficos de la crisis económica sobre sus condiciones de vida y de trabajo.
Porque la realidad es ésta: en todos los continentes, en todos los países, la clase obrera trata de resistir mediante la lucha. Y si estos combates son aún ampliamente insuficientes actualmente como para hacer retroceder a la burguesía en sus ataques, no dejan de representar un obstáculo inmediato y un peligro histórico para el capital.
Las repetidas huelgas en Alemania, incluso si se mantienen bajo el control de los sindicatos, expresan la voluntad de lucha de los trabajadores. El proletariado en Alemania, corazón del proletariado internacional, principal potencia imperialista de Europa, resiste ante los ataques contra sus condiciones de vida a pesar de los llamados a la unión nacional. Y a pesar de los discursos y el ambiente guerrero creciente que la burguesía alemana e internacional propaga cada vez más: Ucrania, Medio Oriente, etc. La profundidad y la agravación de la crisis económica sin fin del capital agudizan a la vez tanto las rivalidades y las guerras imperialistas como los ataques contra la clase obrera. ¡Y esto en todos los países!
El hecho de que los trabajadores en Alemania luchen también contra los ataques y los efectos de la crisis desmiente flagrantemente las mentiras sobre la prosperidad y la vitalidad de la economía capitalista alemana, supuesto ejemplo a seguir como nos dicen en todos los países para justificar los sacrificios. La lucha de los ferrocarrileros, ese sí es un ejemplo a seguir en todas partes. No hay otra solución para defender lo mejor posible nuestras condiciones de vida frente a la crisis económica. Y lo mismo en cuanto los ruidos de las botas militares: es resistiendo a la crisis que los trabajadores, obreros, asalariados, proletarios, pueden también obstaculizar la marcha ineluctable del capitalismo hacia la guerra imperialista generalizad, hacia una tercera guerra mundial -cuya factura sobre su preparación, marcha y estallido será, nuevamente, adosada a los trabajadores. ¡Revolución o guerra, tal es la alternativa! No hay otra vía.
¡Por encima de las fronteras, nuestros intereses de clase y la lucha son los mismos!
¡Luchemos contra los efectos de la crisis del capitalismo y de su marcha hacia la guerra generalizada!
¡Luchemos contra la unión nacional y la mistificación democrática!
¡Sigamos a nuestros hermanos de Bélgica, de Inglaterra, y sobre todo de Alemania!
GIIC, 20 de octubre de 2014.
(Publicado en http://igcl.org : 8 de enero de 2015)