Revolución o Guerra n°14

(Semestrial - Febrero 2020)

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Segundo comunicado sobre las huelgas en Francia (3 de enero 2020)

Publicamos aquí nuestro último comunicado sobre la situación en Francia, que recoge toda la dinámica de la movilización obrera desde el pasado mes de septiembre. Lo acompañamos con una actualización final de lo que ha sucedido desde que fue escrito el 4 de enero. Los lectores, sobre todo los que no viven en Francia, que deseen volver atrás con más detalle sobre los avances de esta movilización y sobre la intervención de los revolucionarios, pueden consultar nuestra toma de posición del 2 de noviembre de 2019 (http://igcl.org/Apoyo-activo-a-los-huelgistas-de-509) y nuestro comunicado del 8 de diciembre (http://igcl.org/Apoyo-activo-a-los-huelgistas-de).

Advertencia: en la versión original francesa, el editor se equivocó en las fechas. Este comunicado fue escrito el viernes 3 de enero en lugar del viernes 4 de enero... y también confundió el 7 de enero con el lunes en lugar del martes 7 de enero, día de las discusiones oficiales entre el gobierno y los sindicatos. Lo hemos corregido en esta versión española. Agradecemos los lectores, y en particular los compañeros de la TCI, que nos avisaron en seguida de la confusión.

También cabe avisar que la traducción de este documento al español no fue verificada y corregida por un compañero de idioma español lo cual puede dificultar la lectura.

Las huelgas que comenzaron el 5 de diciembre continúan en varios sectores, en particular los relacionados con los servicios públicos. Recordemos a los lectores que viven fuera de Francia que la movilización se desarrolló contra la supresión de los sistemas de pensiones en favor de un nuevo sistema que retrocede significativamente la edad de jubilación efectiva y reduce considerablemente las pensiones, a veces hasta en un 30%. La huelga sigue paralizando una gran parte de los transportes públicos, especialmente en la región parisina, a pesar de las intimidaciones, las presiones y la represión tanto por las direcciones y los equipos de management de las empresas en huelga (principalmente la SNCF, los trenes nacionales y la RATP, el metro, el autobús y una parte de los trenes de la región parisina) como por la policía, especialmente durante las manifestaciones y los piquetes de huelga. A pesar de las provocaciones del gobierno y de la propaganda de los medios de comunicación, el movimiento sigue contando con el apoyo y la simpatía de la mayoría de la población, según las encuestas [1].

Después de las dos semanas de vacaciones de Navidad, los profesores volverán de sus vacaciones el lunes 6. Al día siguiente, el gobierno recibirá a todos los sindicatos. El hecho de que no haya habido discusiones o negociaciones formales desde el 18 de diciembre muestra que el gobierno ha intentado jugar la carta de la putrefacción de la huelga sin tratar de resolver la situación y las agotadoras dificultades diarias de cientos de miles de viajeros que van a trabajar y, por otro lado, encerrar a los huelguistas en una larga y agotadora huelga que es física y financieramente agotadora - ¡muchos ya llevan un mes de huelga, lo que significa un salario menos! Es muy probable que este martes el gobierno otorgue algunas pequeñas concesiones de carácter secundario a los sindicatos llamados "reformistas", la CFDT y la UNSA, para que puedan llamar al cese de la huelga con un mínimo de credibilidad a los ojos de su "base" y de la "opinión pública". Si este es el caso, los medios de comunicación van a titular sobre la división sindical, el reflujo de la huelga y la disminución del número de huelguistas. El jueves 9, los sindicatos "más de izquierda", la CGT, FO, SUD, FSU, reunidos en la intersyndicale, organizarán un 4º día de acción y manifestación "interprofesional". Según el grado de participación en la huelga, en la educación en particular, o incluso en otros sectores, y el resultado de las negociaciones del martes, el día 9 marcará el fin, o el comienzo del fin de la huelga y el fracaso de la movilización para hacer retroceder al gobierno sobre su proyecto, o bien... una redistribución de las cartas, una ruptura de las líneas y fuerzas que se enfrentan en esta movilización. Pero entonces podemos pensar que la fuerza motriz de la actual huelga, los trabajadores ferroviarios y los trabajadores de la RATP, agotada, tendrá que ser asumida por otro, u otros, sector...

¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Cuál ha sido el curso de la lucha hasta hoy y cuáles han sido las diferentes batallas, los diferentes episodios? ¿Y qué intervención han realizado y deben realizar los revolucionarios según las diferentes situaciones y momentos?

En el anterior comunicado del 8 de diciembre [2], después de recordar el contexto internacional de lucha y de revueltas populares en el cual nos encontramos hoy, tratamos de presentar el proceso que llevó de la huelga masiva en la RATP del 13 de septiembre al día de acción sindical del 5 de diciembre y al inicio de la huelga renovable. En particular, recordábamos la importancia que hubiera podido tener la extensión de la huelga "salvaje" en el centro de mantenimiento de Châtillon de los TGV [Tren de Gran Velocidad] de la SNCF a finales de octubre, precedida a su vez por un paro de tres días del tráfico nacional a raíz de un accidente, si se hubiera realizado : habría quitado a los sindicatos la iniciativa y el control de la lucha anticipándose al día de acción del 5 de diciembre. El fin de esta huelga, "victoriosa" porque la dirección se apresuró a ceder a las demandas locales, cerró este momento y de hecho devolvió la mano a los sindicatos hasta el día 5, e incluso hasta el día 10. Concluíamos este comunicado con la siguiente declaración, que parece haber sido verificada hasta la fecha:

« Ciertamente, la burguesía y sus sindicatos controlan a la situación; en particular, y con toda seguridad, esto seguirá así entre hasta el martes y el miércoles [10/11 de diciembre, días de la segunda jornada de acción y de las reuniones sindicatos-gobierno]. Sin embargo, la voluntad de lucha es fuerte y se ha entablado una especie de prueba de fuerza con el gobierno. Y es también donde el proletariado puede entrar en un callejón sin salida. El riesgo para todos los proletarios es esperar simple y pasivamente con la esperanza de que el bloqueo de los transportes haga que el gobierno ceda en lugar de entrar en la lucha abiertamente ».

Del 10 al 17 de diciembre...

En la jornada de acción del 10 de diciembre hubo menos participación en la huelga y en las manifestaciones que en el día 5 (800.000 manifestantes contra 1,5 millones según la CGT). En nuestra opinión, esta caída de la participación se explica en gran medida por la falta de perspectivas reales de generalización del movimiento más allá de los sectores tradicionalmente en lucha (los trabajadores ferroviarios en particular). Al final del día, parecía que el control de la situación por parte del Estado, principalmente el gobierno y los sindicatos, se había reforzado aún más... hasta que el Primer Ministro hablara esa misma noche.

Aunque todos esperaban que anunciara algunas concesiones (como la retirada de la edad pivote [3]) que los sindicatos "moderados" se hubieran apresurado a saludar para pedir la vuelta al trabajo, reafirmó todo el proyecto tal como estaba para el gran disgusto de la CFDT, que se vio obligada a unirse al día de acción previsto para el 17. No podemos volver aquí sobre las posibles razones inmediatas, tácticas, torpezas, etc. de una actitud tan inflexible. Por otro lado, sabemos que objetivamente, debido a la crisis y a la situación económica del capitalismo, las burguesías nacionales han visto su margen de maniobra ’económica’ y ’financiera’ considerablemente reducida...

Nos pareció entonces que la "ventana" de la extensión, cerrada desde el 5, se estaba reabriendo - aunque tímidamente. Por eso distribuimos nuestro volante del 11 de julio ¡Hacer todo lo posible para ayudar al sector privado a participar en la huelga! [4]:

« Entrenar, animar, ayudar a los trabajadores del sector privado a participar en la lucha y la huelga es la prioridad del día ¡si queremos hacer retroceder al gobierno! Bloquear el transporte no será suficiente. La simpatía pasiva, que pone la mayor parte del peso de la lucha en los trabajadores ferroviarios y en los trabajadores de la RATP [bus, trenes y metro de la región parisina], sólo puede conducir a un callejón sin salida y al agotamiento de los huelguistas. La ventana, la oportunidad, la ocasión, para entrenar y extender la huelga a los proletarios del sector privado sigue ahí. Al menos hasta el próximo martes 17 y las manifestaciones de ese día. Después de este, es muy posible que la huelga, reducida en su mayor parte a los ferroviarios y a los trabajadores de la RATP, se reduzca a una lucha de "prueba de fuerza" sin otro objetivo que el de durar el mayor tiempo posible. En este juego, la burguesía y todo el aparato estatal serán los más fuertes. Controlarán la situación, aunque sólo sea a través de los sindicatos, y podrán esperar a que la lucha termine por sí sola. Como para los trabajadores ferroviarios en 2018 ».

Nuestro volante tuvo una acogida muy favorable en todos los lugares donde se pudo difundirlo [5]. Pero no fuimos los únicos en proponer este eslogan de extensión al sector privado. En particular, muchas asambleas interpro (interprofesionales), organizadas en bases locales o regionales, compuestas en gran parte por huelguistas, pero también por no huelguistas, adoptaron esta orientación e intentaron establecerla: piquetes de huelga (en las cocheras de la RATP en particular), delegaciones y distribución de volantes a las empresas, bloqueo de ciertos puertos (Le Havre, Rouen...) o zonas industriales, agitación para la huelga en centros comerciales, manifestaciones callejeras, ya sea a nivel de ciudad o de barrio, celebración de reuniones abiertas a todos, etc. De hecho, una oposición empezó a aparecer, más o menos abiertamente, en estas organizaciones sobre la extensión entre los aparatos de base sindicalistas y una parte de los participantes en estas asambleas. En cierta medida, la oposición que había surgido entre los huelguistas "salvajes" del centro de mantenimiento de Châtillon a finales de octubre y el sindicato SUD principalmente (ver nuestro comunicado del 8 de octubre) se ha reproducido de forma idéntica : unos intentando devolverlo todo sobre los plazos de los días de acción, es decir, en el terreno sindical, y otros intentando romper este control sindical sobre los momentos álgidos y las orientaciones de la propia lucha.

Sin embargo, la orientación de extensión y generalización "nacional" no logró realizarse durante este período y, a pesar de la participación en la huelga y en manifestaciones tan importantes como la del día 5, el día 17 vino, de hecho, a cerrar esta ventana abierta a la generalización de la huelga. Una vez pasado el riesgo (sobre todo porque tres días después los maestros y profesores altamente movilizados estaban de vacaciones), la burguesía empujó inmediatamente su ventaja : esa misma tarde, el gobierno anunció la reanudación de las discusiones con los sindicatos para... el 7 de enero. La UNSA y la CFDT renovaron su llamamiento a una tregua de Navidad, en resumen, para detener la huelga. Y la intersyndicale fijó un cuarto día de acción para... ¡El 9 de enero! El aplazamiento de estos plazos, en particular el día de acción fijado para el 9, se vivió como un verdadero sabotaje de la movilización por muchas asambleas de huelguistas - lo que reforzó aún más el desarrollo de las asambleas locales y las iniciativas "interpro".

Las dos semanas de vacaciones

Durante dos semanas, los huelguistas se encontraron casi solos, incluso en los programas noticieros de televisión y los medios de comunicación en general. Con los profesores de vacaciones escolares durante dos semanas, muchos proletarios del país preocupados tanto por las celebraciones familiares como por la movilización, la Navidad y el Año Nuevo a mitad de semana, el gobierno pudo mostrar de manera segura y provocativa su propia salida en vacaciones, acompañada con la desaparición de los líderes sindicales. ¡Mientras la huelga continuaba! Los huelguistas no tenían otra opción, ninguna otra perspectiva, que la huelga durara hasta el 9 de enero, aguantar y aguantar todavía y todavía, día tras día, gastando mucha energía en esta lucha que los encerraba un poco más cada día. Pero no se trata sólo de los huelguistas. También es todo el proletariado en Francia, sus grandes masas que trabajan en el sector privado, ya sea la industria, el comercio y los servicios, que se ha instalado en la huelga por "procuración", deseando que los trabajadores ferroviarios y otros duren el mayor tiempo posible, incluso aportándoles su simpatía, pero sin poder juntarles en la huelga abierta.

Nuestro volante y la intervención directa para la extensión perdían en ese preciso momento toda actualidad, sus orientaciones y consignas toda efectividad. Era necesario adaptar nuestra intervención directa en función de la evolución de la relación de fuerzas inmediata en esta lucha, es decir, en función del éxito relativo de la burguesía en el encerramiento de los huelguistas de la SNCF y la RATP principalmente, si no sólo, en la huelga larga ilimitada.

« Reproducimos aquí el folleto que PCI-Le Prolétaire [el Proletario] distribuye actualmente y que lleva la fecha de anoche (21 de diciembre). Compartimos sus posiciones, el análisis de la situación inmediata y las orientaciones de lucha que los comunistas deben plantear en estos días, es decir en las semanas de Navidad y Año Nuevo, a pesar de los días festivos y el sabotaje sindical. Especialmente el llamamiento, hoy, en este mismo momento, después del episodio que se cerró con la gran manifestación callejera del día 17, para que se organicen comités de huelga, asambleas "interprofesionales", piquetes, etc. para "extender y unificar el movimiento". El GIIC, 22 de diciembre de 2019 ».

Nos pareció entonces que el peso de la intervención debía centrarse en las "iniciativas locales", como las asambleas generales (AG) interpro, para animar a los trabajadores más combativos a organizarse y dirigir la batalla contra las maniobras sindicales; o incluso para poder llevar a cabo una o más extensiones locales o geográficas. Para nosotros, las orientaciones propuestas por el volante del PCI correspondían a las necesidades de la lucha en aquel momento :

« Contra este sabotaje, abierto o no, de los aparatos sindicales completamente integrados en la red burguesa de mantenimiento del orden social, la vía sólo está en la organización de la lucha sobre bases de clase. En muchos lugares ya se han establecido comités de huelga para dirigir la lucha, se están celebrando asambleas generales "interprofesionales" para extender y unificar el movimiento sobre las diferencias de profesión y corporación, se están estableciendo efectivos piquetes de huelga y se llaman a días nacionales de movilización para sortear el bloqueo de los aparatos. Estas iniciativas son todavía limitadas, pero señalan el camino a seguir para los trabajadores en las luchas actuales y futuras contra todos los ataques burgueses » (volante del PCI, 21 de diciembre).

Por el momento, nos parece que esta orientación debe mantenerse al menos hasta el lunes. Este período, que terminará mañana con manifestaciones "locales" convocadas principalmente por SUD y numerosas secciones locales de la CGT, ha visto la continuación de la movilización y de diversas iniciativas de carácter local. Al mismo tiempo, la represión tanto en los piquetes como en las manifestaciones, ayer mismo en París por ejemplo, por parte de la policía y la dirección de la RATP en particular, las tensiones (relativas pero crecientes) entre los huelguistas y los no huelguistas, han empeorado, una señal de que la burguesía siente que hoy, con la situación bajo control, puede empezar a pensar en aumentar aún más la represión e infligir una derrota más amplia y profunda posible.

Realidad, dificultades y limites de las asambleas de huelgistas y de las AG interpro

Hemos destacado que ha tendido a surgir una oposición más o menos abierta en el seno de las "organizaciones de base", asambleas de huelguistas, AG interpro, etc. También observamos que algunos de nuestros corresponsales lamentaron el hecho de que una cierta crítica a los sindicatos fue presentada después del 17 y 18 de diciembre en el volante del PCI. En efecto, es difícil, cuando la huelga se ha prolongado durante un mes a costa de sacrificios financieros y de un derroche de energía permanente, cuestionar abiertamente la conducta de la huelga. Sin embargo, las asambleas de los huelguistas y otros no pueden reducirse en una sucesión de intervenciones en las que cada uno cuenta que su lugar de trabajo está en huelga al x% desde el 5º, que todos siguen decididos, y que la huelga continuará hasta el final y en los aplausos que jalonan estas declamaciones aparentemente voluntarias, enérgicas y radicales. Es fácil tranquilizarse entre "convencidos". Puede ser reconfortante y caluroso. Pero eso no es suficiente para que la lucha y la huelga sean eficaces. Las asambleas deben discutir, debatir y decidir sobre las orientaciones y decisiones a tomar confrontando las diferentes propuestas. De lo contrario, se dejan al control y a la buena voluntad de los aparatos sindicales, incluyendo de base. Y el hecho de que la huelga se vote formalmente todos los días no cambia nada. He aquí algunos extractos de una entrevista a una huelguista de la SNCF publicada en el sitio Paris-luttes info (https://paris-luttes.info/le-nombre-et-la-mais-il-manque-13200) que señala bastante bien la oposición que señalamos más arriba en el seno de las Asambleas Generales y las dificultades a las que se enfrenta hoy el proletariado en lucha en esta movilización.

« En el depósito de Vaires-sur-Marne en la AG hay bastante gente, entre 50 y 200, y estamos abiertos a otros sectores en lucha, profesores, RATP, trabajadores hospitalarios, trabajadores postales... Creamos muy rápidamente el Comité de Huelga de Vaires-sur-Marne que se reúne dos veces por semana para proponer acciones, era obvio para todos: la huelga pertenece a los huelguistas y a nadie más. Esto permite animar la huelga fuera de las manifestaciones sindicales en París. (...). Siendo así, las AG en todo el país, no sabemos exactamente cómo es. Es una lástima, porque en 1986 hubo un Comité Central de Huelga, una coordinación nacional que nos permitió reunir toda la información sobre el número real de huelguistas, pero también coordinar las operaciones un poco más radicales. En la región de Île-de-France [París] se está formando un comité de huelga, pero con muchas limitaciones. (...).

– ¿Qué opinas de los intentos de coordinación, tipo AG interpro, que tuvo lugar en París? Tengo la sensación de que siguen estando limitados en gran medida a los militantes (trotskistas, autónomos, sindicalistas) y tienen dificultad para ampliarse... [pregunta de Paris-luttes-info].

– Sí, como dije antes, las AG interpro y las diferentes coordinaciones tienen sus límites, aunque la voluntad de querer dar a los huelguistas un lugar democrático de unión y reunión es positiva. El hecho es que siempre hay las mismas personas, los mismos militantes sindicalistas, autónomos, políticos y otros. La cuestión es cómo se puede ampliar estas coordinaciones o AGs cuando la mayoría de la gente tiene una desconfianza exacerbada hacia la cooptación y la recuperación. ¿Quién se beneficia de esto? Nunca ganaremos nada si, independientemente de la organización en la que trabajemos, no somos capaces de cuestionarnos a nosotros mismos y dejar la iniciativa a otros, de empujar al mayor número posible de personas a que se pronuncien, a que expresen sus ideas, a que los textos sean fruto de una emanación común, etc.» (Entrevista con T., ferrocarrilera y chaleco amarillo, Paris-luttes-info, 31 de diciembre 2019, subrayado por nosotros).

Esta experiencia nos parece confirmar la orientación que avanzamos arriba, al menos hasta el lunes. La intervención de los revolucionarios debe concentrarse hoy en estas asambleas para, como indica el volante del PCI, reunir las energías y las importantes minorías de proletarios, huelguistas o no, que siguen movilizados. Más concretamente, y con la proximidad de una semana en la que es muy probable que se libren las últimas batallas, la capacidad de estas minorías, reagrupando a miles de proletarios, de reagruparse y centralizarse a nivel nacional sería un primer paso hacia una alternativa al destino de esta movilización en la que trabajan los sindicatos. Como dice la camarada de París-luttes-info, el esbozo de una coordinación nacional, o al menos inicialmente de coordinaciones regionales, locales, le permitiría hacer un llamamiento nacional, adoptar mociones, distribuir volantes para la extensión de la huelga, marchar bajo su bandera durante las manifestaciones con sus propias consignas y, sobre todo en la actualidad, impugnar la verdadera dirección de la lucha a los sindicatos.

Ahí es donde creemos que estamos hoy, viernes 3, en esta lucha proletaria. Además del objetivo de informar al máximo en Francia así como a los camaradas de otros países y continentes, sometemos este análisis del desarrollo de la huelga y de la adaptación de nuestra intervención - que sin duda es limitada debido a nuestras fuerzas débiles, muy débiles, en Francia - según los momentos y las necesidades de la lucha al conjunto de los proletarios y a los grupos comunistas y revolucionarios.

El GIIC, viernes 3 de enero 2020.

PS. Última hora: justo cuando se hacía público este comunicado, acabamos de aprender que la intersyndicale añade otra jornada de acción el sábado 11, dos días después del 9, "para implicar a los trabajadores del sector privado que no están en huelga", según los sindicatos. No podemos decir en este momento si esta nueva jornada sindical responde a un fuerte empuje de los obreros en el sector privado y busca poner en cortocircuito los intentos e iniciativas locales de las asambleas generales interpro y otras para la extensión o si simplemente mira a acelerar un posible fin de la huelga…

Desde el 4 de enero…

Ganando tiempo y esperando al pudrimiento de la huelga, el gobierno finalmente pospuso hasta el día después del día de acción sindical del 9 de enero el anuncio de la retirada provisional de la edad pivote para permitir que los sindicatos CFDT y UNSA llamarán al fin de la huelga. El escenario – que anunciamos en el comunicado anterior – previsto desde mediados de diciembre para provocar el reflujo y el fin del movimiento tuvo que ser aplazado al viernes 10 de enero a causa de la combatividad obrera. Sin embargo, la maniobra no tuvo un éxito total, hasta el punto de que, además de la continuación de las huelgas, los sondeos de la burguesía no indicaban una disminución del apoyo mayoritario a la huelga y un rechazo aún más mayoritario del proyecto del gobierno.

Al mismo tiempo, y mientras los trabajadores ferroviarios y los de la RATP pedían desesperadamente a otros sectores, especialmente al sector privado, que se unieran a ellos en la huelga, la CGT llamaba a que se bloquearan las refinerías – sabiendo que se necesita un buen mes mínimo para que haya escasez de gasolina en las estaciones de servicio – y que se bloquearan los puertos para ... 72 horas en ocasión de los días de acción. Los proletarios en huelga desde el 5 de diciembre se enteraron así de que la Intersindical que reúne en particular a la CGT y FO, muy bien implantadas en las refinerías, y siendo la CGT el único sindicato de los estibadores, había bloqueado durante más de un mes la extensión – y no los puertos – incluso en los sectores que controla. El resultado fue que los días de acción sindical se antepusieron definitivamente a la dinámica de los trabajadores hasta el punto de convertirse en la única perspectiva de acción "de masas", lo que terminó por aislar a los huelguistas. Aprovechando su agotamiento – ¡45 días de huelga! –, la Intersyndicale llamó por lo tanto a un nuevo día de acción el sábado 11 de enero, dos días después del anterior, con el pretexto de que los trabajadores del sector privado que no podían hacer huelga durante la semana podrían así venir a manifestarse. Al hacerlo, en nombre de la "extensión", cerró definitivamente el camino para extender la huelga al sector privado y tomó el control del movimiento a pesar del mantenimiento de la combatividad y de la movilización.

Atenazados entre los sindicatos, la CFDT y la UNSA, llamando a la vuelta al trabajo, la negativa del gobierno a ceder nada y los medios de comunicación por un lado y, por otro, la Intersyndicale que ha saboteado efectivamente la extensión, los huelguistas de la SNCF y la RATP – los otros sectores en huelga, a menudo minoritarios, principalmente en la administración pública no tienen la fuerza de los dos primeros – se vieron obligados a volver al trabajo, poco a poco, a partir del lunes 13 de enero. Desde entonces, sólo unos pocos núcleos o sectores aislados – la estación de radio nacional y la recogida de basura, por ejemplo – han continuado el movimiento. Sin embargo, la ira y la combatividad permanecen y muchas iniciativas locales y momentáneas, en particular manifestaciones callejeras, siguen desarrollándose por grupos de trabajadores, muchas veces agrupados en asambleas interpro – es decir, en comités de lucha o movilización – a menudo dirigidos y controlados por los izquierdistas y el sindicalismo de base. Esta combatividad, ahora minoritaria, obligó a la Intersyndicale a organizar otras jornadas de acción, como el 24 de enero o el 29. Esta última vio caer en picado el número de participantes. La presentación del proyecto de ley al parlamento será otra ocasión para que la Intersyndicale organice nuevos días de acción, que maneja completamente. Salvo un rebote ajeno a la dinámica misma de la lucha obrera, es muy probable que el movimiento termine en un fallo del proletariado en Francia.

Su incapacidad para impugnar la iniciativa de la lucha, su organización, sus demandas, sus objetivos – especialmente la extensión – es la principal lección que ya se puede sacar de esta lucha. Al dejar que los sindicatos definieran el momento de la lucha a través de los días de acción, incluso en diciembre, el proletariado se mantuvo bajo control y no pudo liberarse, o ir más allá, del marco sindical y el control general de la situación por el Estado. Querer la extensión y generalización de la lucha requiere que el proletariado tome efectivamente su dirección e iniciativa política contra la inevitable oposición de todos los aparatos sindicales, incluidos los aparentemente radicales y de base. Aparte de la huelga y la organización de su prolongación, en particular las asambleas generales, no basta con reagrupar en comités de lucha o asambleas intepro a las minorías y los sectores más combativos si su orientación equivale a hacer retroceder la dinámica obrera en los plazos y el terreno de las jornadas de acción sindical, es decir, en el terreno de las grandes centrales sindicales y del gobierno.

30 de enero 2020.

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Notas:

[1. Todavía hoy, y según las encuestas de la burguesía, más del 50% de la población francesa apoya el movimiento de huelga, sólo el 35% está en contra y el 15% no se pronuncia... ¡Más del 70% de los "activos", los que trabajan, apoyan la huelga!

[3. Todo el mundo podría jubilarse a los 62 años pero con un descuento "de por vida" en su pensión del 5% por cada año de cotización que falte - se necesitan 42 - hasta los 64 años. En efecto, la edad efectiva se reduce a por lo menos 64 años.

[5. Aunque algunos, en particular trabajadores ferroviarios, nos dijeron que en algunas asambleas tuvieron que soportar la hostilidad más o menos abierta de los sindicalistas, o incluso su intento de impedir la difusión, cuando la había reproducido.