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Elección presidencial francesa : Mélenchon y la Izquierda radical se preparan a paralizar las reacciones obreras ante los ataques del futuro gobierno.

[Aviso : no pudimos hacer verificar esta traducción del francés por algún compañero de “idioma español” por lo cual su lectura puede ser pesada y puede presentar confusiones de orden político. Referimos a nuestros lectores a sus versiones francés e inglés]

Al final, y como las encuestas lo anunciaban desde meses y con el resultado de la 1a ronda del 23 de Abril, el “centrista” Emmanuel Macron ha ganado la votación presidencial francesa. Marine Le Pen, la candidata de la extrema derecha del Frente Nacional, ha sido ampliamente derrotada. Desde la 1a ronda, podíamos resaltar el significado político principal de esas elecciones para el proletariado y los revolucionarios : la emergencia de una izquierda radical alrededor de la persona de Mélenchon y de su movimiento Francia Insumisa cuya función será sabotear desde el “interior”, al lado de los sindicatos, las inevitables reacciones obreras ante los ataques que el nuevo gobierno va a llevar de manera brutal y rápida.

« El espíritu insurreccional infundido por Mélenchon y cubriendo el país pueden perdurar e incluso acentuarse : una fracción educada pero precaria de la juventud podría echar mano al movimiento sindical cuando Emmanuel Macron, si elegido, entablará las reformas anunciadas. » [1] (el sitio web Slate.fr).

El nuevo presidente quiere retomar lo más ante posible la ofensiva contra las condiciones de trabajo de los asalariados iniciada en la primavera 2016 con la “ley trabajo El Khomri” : liberalización del mercado del trabajo con una reforma más fuerte del código del trabajo, supresión de 150 000 empleados públicos, nueva reforma de las pensiones, etc. La guerra de clase será pues relanzada desde el verano, si no antes, por la burguesía francesa. La brutalidad de las medidas que quiere imponer, y el desacredito político de la izquierda tradicional, del Partido socialista (PS) y del Partido Comunista procedente del estalinismo (PCF), le dictaba adaptar la configuración de su aparato político estatal para enfrentar las inevitables reacciones obreras ; sobre todo después la movilización y las manifestaciones masivas y violentas de 2016 contra la “ley trabajo” que quedan en todas las memorias. Este plazo electoral le brinda la oportunidad para esta re-configuración [2]. Las elecciones legislativas (para escoger los diputados en la Asamblea nacional) de junio próximo acabarán por precisar los contornos exactos de esta re-composición del conjunto de las fuerzas políticas burguesas desde la extrema derecha, pasando por los antiguos partidos de derecha y de izquierda tradicionales (Los Republicanos y el Partido Socialista), hasta la extrema izquierda alrededor de Mélenchon.

En esta situación, Mélenchon y su movimiento político Francia Insumisa ha sido el hito de estas elecciones. Más allá del éxito electoral [3], ha sido el actor principal de esta campaña electoral y la punta avanzada de la re-configuración política en curso.

Mélenchon : principal artesano del éxito de la 1a ronda de las elecciones

La radicalidad del lenguaje izquierdista de Mélenchon permitió el éxito de la operación política burguesa en curso con estas elecciones. Ha sido el principal artesano de la participación electoral elevada (casi 80%) en la primera ronda cuando parecía, antes su subida en las encuestas, volverse bastante debil de manera completamente inusual – temían 70% quizás menos. Pues logró devolver sobre el terreno electoral una parte del proletariado; la mera parte que continua reconociéndose en la lucha contra la “ley trabajo” de 2016.

Mélenchon : la burguesía ocupa el terreno de la abstención

Luego, y en la espera de la 2a ronda, Mélenchon se niego a llamar al voto Macron ya en la noche de la 1a ronda. Los medios de comunicación y el resto del aparato político se enfurecieron y gritaron simulando el escándalo ante la ruptura del “Frente Republicano” : “Mélenchon hace el juego del FN”. Fue el tema principal entre las dos votaciones. Al negar llamar en favor de Macron, se ha posicionado como el principal oponente al futuro gobierno :

« A mi parecer, Francia va a deshacerse de Marine Le Pen en esta elección y nosotros, dentro de un mes, vamos todos juntos deshacernos de la política de E. Macron » dijo el 30 de abril para explicar su postura [4].

Así, la campaña entre las dos votaciones se articuló en torno al tema de la abstención que Mélenchon retomó a su cuenta. Detrás de el, toda la burguesía se apropió abiertamente de esta cuestión a fin de desnaturalizarla de cualquier carácter de clase ante la desconfianza creciente, y jamás vista hasta hoy, hacia la participación electoral; por lo menos en Francia. Así, gracias a Mélenchon, la mistificación democrática de hoy no se ha expresado bajo la falsa alternativa voto republicano-voto Le Pen, democracia-extrema derecha, pero bajo la, tan falsa por estar en el terreno burgués, de voto-abstención.

Mélenchon y la mistificación democrática radical tipo “Nuit Debout” [Noche de Pie]

De manera más general y a plazo, cabe destacar – y advertir – que Mélenchon no llama a constituir un partido sino un movimiento que funcionaría un poco como los sindicatos, dice, que saben como reagrupar posiciones diferentes mientras se quedan unidos. Por eso llamó a los miembros a que se pronunciasen sobre el voto Macron, o no, para evitar una práctica de “partido” con eslóganes y consignas. Así, resaltó el tema mistificador de la democracia directa, ya ampliamente avanzado durante la campaña por los dos candidatos trotskistas quienes llamaban a “poder revocar los elegidos” como en la Comuna de París, decían. Quiere decir que, además del terreno de la abstención, Mélenchon y Francia Insoumisa ya ocupan el terreno de la democracia “directa” y de las asambleas generales…, o sea el terreno de la “auto-organización”, a fin de ser capaz el momento dado de vaciar las asambleas obreras y los comités de huelga o de lucha de su contenido político de clase que consiste en la organización de la extensión y de la unificación real de las luchas obreras. Exactamente lo en que la ideología democrática de Nuit Debout supo tan bien participar en la primavera 2016.

Mélenchon : afirmación de una izquierda radical en Europa

Con Francia Insumisa y la re-configuración política en curso después de la 1a ronda, la burguesía ha conseguido la formula política que corresponde a los países de los centros históricos del capitalismo, para enfrentar la nueva situación en la cual precipita el mundo. Si todavía queda por ver precisamente cual será el dispositivo político final de los partidos al acabar las elecciones legislativas de junio próximo, la formula queda la misma para todas las principales burguesías europeas, incluso al nivel internacional como en América del Norte : ¿ Mélenchon, no es a menudo presentado come el Bernie Sanders francés ? Las próximas elecciones europeas, en particular alemanes, verificarán el grado de la validez internacional actual de esta formula que obviamente debe adaptarse y definirse en relación a las características nacionales de cada país.

De aquí en adelante, las principales izquierdas europeas llamadas radicales, Die Linke en Alemania, Podemos en España, Bloco de Esquerda en Portugal, el Red-Green Alliance de Dinamarca, el Vansterpartied de Suecia, la Sinistra Italia y Altra Europa de Italia, ex-miembros de Syriza en Grecia, se han reunido los 11 y 12 de marzo pasados para « ofrecer a los pueblos europeos una alternativa (…) : proteger nuestro pueblo, nuestra democracia y la naturaleza contra las zonas de libre-intercambio y un mercado interior que solo sirve las ganancias de los bancos y de las multinacionales y la riqueza de las oligarquías. Debemos deshacernos de una Unión Europea que es una maquina de guerra contra el trabajo y al único servicio del capital financiero » (Declaración adoptada al final de la cumbre del Plan-B en Roma los 11-12 de marzo 2017 [5]). Es inútil subrayar el carácter nacionalista y pro-estatal, quiere decir anti-obrero y contra-revolucionario, de la alternativa que se nos presenta aquí.

Tan brutal y masiva será, la represión sola no podrá controlar las revueltas en la calle y en las empresas que el capitalismo va a provocar en todos los países. Cada clase dominante tiene la obligación de establecer y desarrollar “nuevas” fuerzas políticas que puedan sabotear “del interior”, “en nombre del pueblo”, y si es necesario “en nombre de la clase obrera”, las inevitables luchas y el proceso de toma de conciencia entre los proletarios que las puede acompañar. Los sindicatos no serán suficientes. Para desviar y sabotear el combate proletario, la clase dominante debe también ser capaz de “ofrecer” unas supuestas alternativas políticas burguesas de “izquierda radical”. Sobre todo cuando « el cuestionamiento de su [la de Macron] política social-liberal (flexibilidad del mercado de trabajo, proseguimiento de los esfuerzos de competitividad, aceptación de las restricciones presupuestarias europeas…) en la calle se anuncia probable » [6] (el periodico suizo Le Temps). Aquí está el papel al cual se preparan Mélenchon y Francia Insumisa.

Macron : afirmación de las orientaciones imperialistas francesas “pro-europeas”

Por cierto, las elecciones francesas no se limitaron a preparar las condiciones políticas para la confrontación de clase que la burguesía francesa se arregla para hacer. Hay una otra dimensión del proceso electoral por destacar : la capacidad del capital francés para poner al poder el más “pro-europeo” de los candidatos. Como lo ha señalado en varios ocasiones de manera fuerte, E. Macron no se situará frente a Merkel pero con Merkel. La victoria de Macron y el manejo exitoso del juego electoral por la clase dominante francesa es la primera respuesta viniendo de Europa, en materia de adaptación de los aparatos políticos europeos, al Brexit y a la elección de Trump – los dos significando una polarización imperialista anglo-sajona anti-Unión Europea. El acceso al poder del “pro-europeo” Macron ya es, en sí, una re-afirmación del polo imperialista europeo que induce un reforzamiento de las alianzas políticas, económicas y militares que lo fundan alrededor de Alemania. Y esto en la perspectiva de las agravaciones inevitables de los antagonismos imperialistas mundiales que vienen exacerbados por la crisis abierta en 2008.

Solo el proletariado mundial puede oponerse a la dinámica de estos antagonismos imperialistas que llevan hacia la guerra generalizada. Además de los imperativos de la crisis y de las guerras que exigen una explotación siempre más brutal de la fuerza de trabajo, el reto principal y primero para el conjunto del capitalismo mundial es no solamente lograr imponer sacrificios de orden económicos a las clases obreras de los diferentes países pero también, y aún más, infligir derrotas políticas y aun físicas y sangrientas para retirar de manera definitiva, como en los años 1930, el obstáculo proletario del camino a la guerra generalizada.

La burguesía francesa se prepara para enfrentar de manera masiva el proletariado

Ante estos retos históricos, o sea los de las confrontaciones masivas entre las clases provocadas por las clases dominantes, la capacidad de la burguesía francesa para prepararse, incluso para los próximos meses, es un ejemplo para el conjunto de las clases dominantes, particularmente europeas.

Es por eso que el hito de estas elecciones del punto de vista del proletariado es la confirmación y la preparación política mayor de la izquierda capitalista radical alrededor de Mélenchon. Como ha sido el caso durante las movilizaciones de la primavera 2016 contra la Ley Trabajo, Francia Insumisa con su lider y todas las fuerzas políticas y sindicales que se articulan a sus alrededores, Nuit Debout, los grupos trotskistas, estalinistas, anarquistas, se arreglan para sabotear los combates obreros que vienen, adoptando un lenguaje de los más radicales y ocupando todos los ámbitos del combate de clase para disfrazarlos.

Es por eso que los proletarios los más conscientes de estas trampas y callejones sin salida, y deseosos de comprometerse por la extensión y la unificación del combate de clase contra el capitalismo y su Estado, deben tratar de reagruparse y organizarse para llevar la lucha política contra estas fuerzas y su sabotaje tanto más cuanto que ya estas se presentan, y se presentarán siempre más, bajo un aspecto radical, obrero y anti-capitalista.

El GIIC, 7 mayo 2017.

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Notas:

[1. Sitio Slate.fr, 5 de Mayo 2017, Comment Mélenchon a ravi le vote de la jeunesse (http://www.slate.fr/story/145035/melenchon-ravi-le-vote-de-la-jeunesse) : « L’esprit insurrectionnel insufflé par Mélenchon et planant sur le pays peut perdurer ou même s’accentuer : une fraction éduquée mais précarisée de la jeunesse pourrait porter mains fortes au mouvement syndical lorsqu’Emmanuel Macron, s’il est élu, entamera les réformes annoncées. »

[2. En la 1a ronda, Macron logró 24% de los votos, Le Pen 21%, Fillon el candidato de la derecha “clásica” 20%, Mélenchon 19.6% y ¡ Hamon del PS… 6% ! Este domingo 7 de mayo, día de la 2a ronda de las elecciones, las primeras proyecciones de las encuestas para las elecciones de los diputados en la Asamblea Nacional parecen confirmar esta re-configuración política, en particular el fin del bipartidismo prevaleciendo desde el fin de los años 1970 y el derrumbe del PS.

[3. Mientras estaba a menos de 10% en enero en las encuestas, recibió 20% de los votos en la 1a ronda. 30% de sus electores tienen menos de 30 años (recibió el mayor numero de votos de los jóvenes cuando muchos de ellos no votan). También recibió alrededor de 20% de los votos llamados “obreros”, quiere decir los “obreros manuales sin cualifación” (los “cuellos azules” de Trump), logranduo recuperar unos sobre Le Pen. Ha llegado primero en grandes ciudades con tradición combativa como Marsella y Tolouse y en varias ciudades importantes del suburbio parisino ; en Lille y Montpelier también. 2o en Nantes, Estrasburgo, Burdeos. Ganó la mayor parte de las votos de los proletarios de la Función pública y los técnicos, empleados, etc. En breve, logró reproducir un “voto obrero” de combate con la mayor parte de los votos, y de manera más amplia, la simpatía, de las fracciones las más combativas de la clase obrera, las mismas que se habían movilizado y radicalizado en las manifestaciones callejeras de la Primavera 2016 contra la ley trabajo El Khomri.

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